A las 07:20 de ayer, el tránsito en la avenida Simón Bolívar fluyó.
A pesar de que en los carriles que van en sentido sur-norte se realizan trabajos de repavimentación, los autos, buses urbanos, camionetas y camiones avanzaban.
Ayer se reabrieron dos de los tres carriles (sentido norte-sur), que fueron cerrados en mayo pasado por el deslave en La Forestal IV. El desprendimiento de tierra mató a cinco personas.
En el carril próximo al talud, la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) mantiene una protección de cemento y tanques metálicos hasta que se termine la última fase de estabilización.
Enrique Sosa, conductor del bus 2323 de la Cooperativa Vencedores, realizó ayer a las 05:00 su primer recorrido desde Chillogallo hasta La Marín, por la Simón Bolívar. Dijo que con la apertura de los dos carriles disminuyó 15 minutos de viaje.
Dos policías de tránsito coordinaban la circulación vehicular. A pesar de que la velocidad máxima en esta vía es de 90 kilómetros por hora, un letrero advertía que se debía circular con precaución y a una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora.
Jaime Rivera, gerente de Obras Públicas, informó que no existen riesgos de nuevos deslizamientos en La Forestal IV. “Se han tomado las precauciones del caso, una de ellas es la impermeabilización del talud que ayudará a que en tiempo de lluvias no exista peligro para quienes viajan en los vehículos, que circulan por el sector”.
El temor en algunos usuarios persiste. Magdalena Cevallos vive en la Ciudadela Ibarra y trabaja en La Vicentina. Dijo que usa a diario la avenida, pero que en días con lluvia no lo hace, así se atrase. La razón, le asusta que pueda repetirse un deslizamiento en ese o en otros tramos.
La vía periférica enlaza el norte con el sur de Quito y también con los valles de Tumbaco y Los Chillos. Además, permite que quienes ingresan desde Guayllabamba, Calderón y otras zonas lleguen al sur, sin necesidad de atravesar el centro de la ciudad.
Por la avenida Simón Bolívar también circulan furgonetas que van desde la avenida Morán Valverde (Puente de Guajaló) hasta el sector De los Granados, en el norte. Antonio Bravo contó que cuando se cerraron los tres carriles, el tiempo de viaje aumentó en unos 30 minutos, especialmente en las horas pico.
En la mañana de ayer circuló sin mayores complicaciones. Otro beneficiado con la reapertura fue Cristóbal Ambato. A diario se traslada desde la Loma de Puengasí hasta La Alameda.
Ayer, en el bus de la Cooperativa Vencedores iba relajado por la fluidez del tráfico, mientras miraba por la ventana los trabajos que aún se realizan en el talud de La Forestal. Por la Simón Bolívar circulan entre 80 000 y 100 00 carros cada día.
La Forestal IV no es el único sitio que está amenazado por los deslaves. En abril pasado, la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas, detectó 24 lugares donde ocurrieron deslaves de pequeña, mediana y gran magnitud. Allí hace falta la ejecución de obras para evitar la filtración de agua y la desestabilización del talud. El irrespeto a las leyes de tránsito también es recurrente por parte de los choferes.