En este tramo ubicado cerca de Nayón funcionan varias instituciones educativas, empresas y restaurantes. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Las huellas del Renault Duster aplastado por el tanquero todavía son visibles sobre la montaña de arena en la avenida Simón Bolívar, a la altura de Nayón. En ese lugar, la mañana del viernes 6 de septiembre de 2019, una madre de familia falleció en el siniestro de tránsito.
Hoy se cumplen dos semanas de aquel hecho y la gente del sector sigue consternada. Con preocupación, comentaron que el sitio es peligroso porque los carros circulan a exceso de velocidad. “No es el primer accidente. En diciembre del año pasado, hubo un múltiple choque entre un tráiler y varios autos”, cuenta Adriana Cuenca. Su vivienda se ubica a 50 metros del sitio en donde la mujer perdió la vida.
Daniel Anaguano, presidente del GAD de Nayón, señala que los 20 000 pobladores de esa parroquia, estudiantes, autoridades de colegios y dueños de negocios sienten temor por la inseguridad vial. Desde mayo pasado dice que hay un promedio de dos accidentes mensuales en el tramo de la vía que conduce a esa localidad.
“Aquí contamos con al menos siete planteles educativos, entre públicos y privados”, acota el dirigente. En horas de la noche, es peligroso circular por el túnel localizado bajo la Simón Bolívar porque hay escasa iluminación y se pueden producir más percances. Además, hace falta un puente peatonal.
Anaguano, las autoridades de los colegios Liceo Campoverde, Johannes Kepler, T.W. Anderson y los representantes de 2 500 familias de esos planteles conformaron una veeduría. Con ella solicitan a las autoridades municipales que garanticen las seguridades en la carretera, la cual soporta un flujo de 120 000 vehículos al día. En la reunión con la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), la Secretaría de Movilidad y la Epmmop lograron que agentes civiles se ubiquen en los horarios de entrada y salida de los alumnos en cada uno de los tres colegios. También se señalizará la vía y habrá controles permanentes a los vehículos pesados.
Wendy Frixone, directora de comunicación del Liceo Campoverde, indica que en uno de los operativos que se desplegaron en la avenida los uniformados detectaron que ocho choferes de vehículos pesados cometieron infracciones como manejar con licencia caducada o sin puntos en la misma, sin permisos de circulación.
Por eso -dice- es necesario que se investigue y evalúe a las compañías que contratan a esos choferes que cometen faltas graves. “La oferta de las autoridades es que si se cuenta con información de que una empresa de transporte pesado no cumple con la normativa, intervendrán con la ordenanza de prohibir el funcionamiento de esa operadora”.
Otros pedidos que realizan a través de la veeduría son cerrar la vuelta en U frente al Johannes Kepler, instalar semáforos en la zona de los colegios y la parroquia de Nayón, implementar señalética y controles de velocidad.
“Contaremos con el apoyo de personal técnico que nos brindará la correcta asesoría para definir las mejores medidas a implementarse”, indica Frixone.
Los integrantes de ese grupo se reúnen todos los lunes para analizar los avances de sus pedidos, los cuales además se enfocan en concienciar a los conductores. Karla Avellán, rectora del Liceo Campoverde, señala que en el tramo de la bajada a Nayón se pueden instalar rompevelocidades como lo hicieron en la extensión de la misma ruta que va desde Carapungo hasta San Antonio de Pichincha. De esa forma se pueden reducir los índices de velocidad y evitar desgracias.
Pero este no es el único punto de la vía con problemas de seguridad vial. Este Diario recorrió desde el intercambiador de Carapungo hasta la bajada a Guajaló y detectó más de 150 negocios entre tiendas, ferreterías, gasolineras, lavadoras de autos, restaurantes, viveros y talleres de todo tipo.
Para Digna Barcia, presidenta de la Federación de Barrios, se requiere construir más puentes peatonales, principalmente en la zona de la bajada a Conocoto, a la altura de La Argelia. Pide que se instalen más radares de velocidad, “pero los conductores también deben concienciar sobre los peligros de manejar sin precaución”.
Con ese criterio coincide Juan Carlos Vivanco, dirigente del barrio San Bartolo Alto. “Deben instalar cámaras de seguridad para monitorear a quienes causan accidentes ”.
La AMT identificó al menos seis puntos críticos propensos a los accidentes: la curva de la U. Internacional, La Forestal, Loma de Puengasí, Guápulo, la Granados y Gualo.