Los montañistas recomiendan seguir los caminos demarcados para ir al Pichincha de forma segura. Tomar atajos es riesgoso. Foto: Patricio Terán/EL COMERCIO
Su nombre era Byron V., y el domingo 19 de noviembre del 2017 su cuerpo sin vida fue encontrado en la pared de roca, cerca a la cumbre del Rucu Pichincha, en Quito Al parecer, subió solo y, por su ropa, se presume que era andinista.
Jorge Cauminagua, del Cuerpo de Bomberos, indicó que el hombre fue hallado cerca de las 15:30, cuando se comprobó que no tenía signos vitales. Entonces, tras recuperar el cadáver, empezaron el descenso. A las 20:00 llegaron hasta la entrada al Teleférico; el cuerpo fue entregado a la Fiscalía y a la Policía Nacional.
El Rucu Pichincha es la elevación del Distrito con más rescates en lo que va del año. Según el COE Metropolitano, 111 personas se han extraviado en 10 montañas cercanas a Quito desde enero del presente año. De ellas, 37 intentaban coronar el Rucu.
Infografía con consejos antes de salir de excursión. Fuente: Cuerpo de Bomberos de Quito
Otras elevaciones donde también se presentan emergencias son el Ungüí, Pasochoa, Huaycopugro y Pululahua. En este año, las unidades de rescate de Quito han organizado 24 operativos a distintas montañas. 11 de ellos fueron en el Rucu Pichincha.
Las cifras revelan que de los 111 extraviados, dos fueron extranjeros. En todos estos eventos se registraron 10 personas heridas y un fallecido: Byron.
En el caso de Byron, según el reporte de los bomberos, se recibieron tres llamadas de emergencia de escaladores que se percataron de la presencia de un hombre en la pared de roca.
La cercanía del Rucu Pichincha a la ciudad es una de las razones por las cuales la montaña es la más visitada por quienes practican andinismo, y por aficionados.
Christian Rivera, técnico de riesgos de la Secretaría de Seguridad del Municipio, explica que usualmente estos accidentes se producen por no planificar la ruta, y porque la gente intenta tomar atajos o salirse del camino marcado.
Rivera añade que hay personas que padecen enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes o problemas cardiacos, que deben someterse a un chequeo médico antes de subir a la montaña.
Franklin Varela es director de Rescate de la Asociación de Ecuatoriana de Guías de Montaña (Aseguim). Para él, estos casos se dan porque quienes ascienden no cuentan con un plan para subir la montaña ni con el acompañamiento de una persona que los guíe. “La principal causa para perderse en la montaña es no conocerla y no contar con el equipamiento adecuado”, señaló.
Según Varela, lo que se debe tomar en cuenta es la preparación física para el ascenso, contar con equipo como casco, guantes y zapatos para montaña. Además, es importante que quienes van a ascender informen a sus familiares sobre la actividad que van a realizar en caso de que ocurra una demora y puedan alertar a las autoridades.
Santiago Cumbal vivió una dura experiencia cuando se perdió, junto con tres amigos, en el ascenso a otra cumbre, la del nevado Cayambe, al norte de Quito En mayo de 2016, aprovechando el feriado decidieron salir a escalar. Del refugio de dicho nevado salieron a las 00:00. Tenían presupuestado coronar la montaña cerca de las 06:00.
“Después de seis horas de caminata ya es posible ver sitios que anticipan la cumbre. A esa hora no sabíamos dónde estábamos y decidimos continuar en la búsqueda de un camino de regreso”, contó.
Al toparse con una grieta y llegar a un puente que les permitía cruzar, se dieron cuenta que el camino no era el correcto. “Subimos en compañía de un amigo que no es un guía pero que había subido varias veces al Cayambe”, comentó.
Lo que salvó a estas tres personas fue que el teléfono móvil de Cumbal contaba con batería y señal para comunicarse. Mediante una llamada al Ecu 911 y después a un amigo que se dedica al montañismo, logró informar sobre su situación y fue rescatado junto con sus compañeros de ascenso.
Cumbal contó que por el frío y la caminata su rodilla se inflamó. También, por quitarse las gafas para ver el camino, llegó un punto en el que ya no le era posible mirar con claridad y le ardían los ojos. Una vez que descendieron, los paramédicos los llevaron a una casa de salud en Cayambe, donde permanecieron un día y medio.