Entre las obras grandes del 2016 están la construcción de nuevas paradas del Trole y la compra de 80 biarticulados. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
La reducción del presupuesto del Municipio de Quito para el 2017, en USD 128 millones con relación al 2016, obligó a la actual administración a trazar un rumbo distinto. En el 2017, en lugar de impulsar las denominadas megaobras, el trabajo se enfocará en intervenciones en los barrios y en inclusión social.
El presupuesto aprobado en la sesión del Concejo Metropolitano del 9 de diciembre pasado fue de USD 1 359 millones. De ese monto, solo para la construcción del Metro se destinarán USD 628 millones en el siguiente año, que representa el 46% del total del presupuesto municipal.
El financiamiento del Metro proviene de créditos de organismos multilaterales asumidos por el Municipio y el Gobierno Central.
El resto del presupuesto (54%) se destinará para otras actividades y es menor a lo que se proyectó invertir en el presente año. En el 2016, sin contar con los montos del Metro, el Cabildo contó con USD 858,4 millones, mientras que para el año que viene bajará a 730,5 millones. Esta reducción se observa en 13 de las 17 áreas de inversión municipal, incluida la obra del Metro.
Una de las áreas que tendrá una disminución más significativa será Movilidad. Este eje, que incluye a las empresas de Obras Públicas, Transporte de Pasajeros, Agencia Metropolitana de Tránsito, Empresa Metro y Secretaría de Movilidad, recibirá USD 106,3 millones menos con respecto al 2016.
Contar con un presupuesto menor en este ámbito no implicará dejar de hacer obras. Miguel Dávila, administrador general del Municipio de Quito, mencionó que la prioridad en el próximo año estará en las ocho administraciones zonales del Distrito, para ejecutar trabajos en los barrios.
Para que en los diferentes sectores de la urbe se puedan ejecutar estos proyectos, de acuerdo con sus necesidades, el área de Coordinación Territorial tendrá más recursos. En este año fueron USD 63,2 millones y en 2017, 66,2 millones.
Los recursos asignados a cada zona dependerán del plan de obras anual presentado por cada administración. Por ejemplo, vías, dotación de servicios básicos, entre otros.
“Sí, hay un cambio de enfoque. Al principio fueron las grandes obras y ahora estamos con otra orientación”, enfatizó el Administrador General del Municipio de Quito.
Para afrontar la realidad económica del año que está por comenzar también se hicieron ajustes en Planificación, Administración General, Cultura, etc. Además, se resolvió mantener las medidas de austeridad para evitar gastos en viajes, consultorías, adquisición de vehículos o mobiliario.
Pese al ajuste, las obras de magnitud pendientes como la ampliación de la avenida Simón Bolívar, la Solución Vial Guayasamín, la línea norte de los Quito Cables y el Metro seguirán su curso.
Eso es posible porque el financiamiento de estos proyectos está cubierto con créditos, recursos propios del Municipio o alianzas público privadas, explicó Marco Ponce, presidente de la Comisión de Presupuesto del Municipio y concejal de Suma.
Por esto el edil consideró que en el 2017 no habrá una reducción en trabajos. “La inversión fuerte en movilidad se hizo en este 2016 con la adquisición de 80 biarticulados, construcción de las paradas del Trolebús, el intercambiador de Carapungo”.
Los ingresos disminuirán
Otro factor a considerar en las finanzas municipales son los ingresos que recibe el Cabildo de parte del Estado, pago de impuestos prediales, multas, venta de bienes y servicios. En el presupuesto del 2017 se establece que los ingresos ascenderán a USD 731 millones. Es decir, serán 112 millones menos con relación al presente año (843 millones).
Parte de esta reducción se debe a los menores ingresos por financiamiento público. Este rubro representa USD 106 millones menos con relación al 2016. En cambio, en la recaudación de impuestos se espera que el siguiente año haya un incrementó de 1,7 millones, aunque este panorama todavía resulta incierto, considerando lo que ha ocurrido este año.
De acuerdo al corte realizado en junio del 2016, se registró una diferencia de USD 4,7 millones en la recaudación de impuestos prediales con relación al mismo período del 2015, según datos de la Administración General del Municipio. Por esto se analizan mecanismos para ampliar las opciones de pago de estos valores.
En esta época, los recursos municipales se deberían orientar a obras relacionadas con servicios básicos: agua potable y alcantarillado para mejorar la calidad de vida de los quiteños, enfatizó Víctor Hugo Albán, presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, quien analizó el presupuesto de Quito del 2017. “El arreglo de los parques, por ejemplo, se debería diferir para los siguientes años”.
Carlos Páez, concejal de Alianza País, consideró que en todo caso se deben priorizar los gastos e incentivar el pagos de impuestos prediales.