Dos integrantes del Cuerpo de Bomberos Quito inspeccionan el sector en el que ocurrió el incendio, en el conjunto habitacional El Ingenio, en la parroquia de Puembo. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
Cuatro incendios forestales permanecían activos hasta las 11:00 de este miércoles 9 de septiembre del 2015. Así lo aseguró Éber Arroyo, comandante del Cuerpo de Bomberos del Distrito Metropolitano de Quito. Las llamas están en los sectores de La Pulida, Pinar Alto, Cruz Loma y Puembo.
Durante este verano ya se han reportado 97 incendios forestales, ocasionando la quema de 570 hectáreas.
El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, convocó a una cruzada ciudadana para evitar nuevos siniestros. La idea es que en caso de que exista la sospecha de que se está provocando un incendio forestal, se lo denuncie al ECU 911.
Esta iniciativa nace porque “todos los incendios que se han dado hasta ahora en el Distrito son provocados, aquí no existen incendios de causa natural”, aseguró el capitán Jorge Sánchez, asesor técnico de la Comandancia de los Bomberos.
Y explicó esta afirmación: “En la altura de Quito, con el clima que tiene, no se dan incendios espontáneos o naturales. No tenemos una suficiente radiación solar para prender fuego a la vegetación, aún en los días más calurosos de verano no tenemos temperaturas tan altas para causar incendios. En otros países, las llamas sí se pueden generar que la potencia de los rayos solares, pero en Quito no existen esas condiciones”.
Esta afirmación fue corroborada por Gonzalo Ontaneda, coordinador de la Unidad de Investigación del Inamhi. El especialista indicó que es muy difícil que se produzca un incendio natural en Quito, pues su altitud, su temperatura y la intensidad del sol no lo permiten; las quemas son más por “descuido de la gente o por acciones intencionadas de personas que no tiene conciencia”.
Agregó que “un incendio natural podría producirse por una tormenta que dé lugar a un relámpago y este pegue en una parte seca. Otro, es que exista la potencia o radiación suficiente para que a través de un vidrio haga como especie de lupa y prenda la vegetación seca”. Pero ninguna de esos dos casos se ha visto en Quito porque su altitud lo impide, finalizó el especialista.