Tras el incendio de la discoteca, el 19 de abril del 2008, se han abierto tres procesos judiciales que aún no se han resuelto: la sentencia para los culpables por homicidio inintencional, la expropiación del predio y las indemnizaciones a los familiares por las pérdidas. Las víctimas todavía reclaman la construcción de un espacio cultural en el sitio donde ocurrió la tragedia.En primera instancia, los familiares de las 19 víctimas que fallecieron a causa del siniestro inculparon a 24 personas. Entre ellas estaban autoridades y funcionarios municipales, concejales, autoridades del Cuerpo de Bomberos y los organizadores del concierto de rock.
Después de cuatro meses, el departamento de Recursos Humanos del Municipio entregó el sumario realizado a las autoridades y funcionarios municipales. En el oficio nro. 002992, Marcelo Zumárraga, director del departamento, señala que “no se encuentra responsabilidad administrativa en la conducta de los servidores sumariados”.
Eso pese a que en la inspección nro. 000591 de la Administración Zona Sur (realizada el 13 de julio del 2007), la jefa ambiental de Salud, Martha Jami, firma el documento en el que se indica que en la discoteca se colocaron esponjas de 10 cm de grosor. Un documento similar (000607) es firmado por Jami en el que además se escribe que la estructura es metálica y las esponjas estaban forradas de tela.
En el informe del Cuerpo de Bomberos se deslinda de responsabilidad a la autoridad principal, pues según la entidad, los cambios en la discoteca se realizaron después de su inspección para funcionar.
Luego de un año y seis meses fueron llamados a declarar al Juzgado de lo Civil a los testigos del incendio. Allí se analizó el caso de Gabriel Riera, quien lanzó la bengala que inició el fuego en el techo y Patricia Cajo, organizadora del concierto. En la audiencia, que duró tres días, se dijo que Cajo había colocado candados en la puerta de emergencia para evitar que los asistentes ingresaran al acto sin cancelar entrada.
En noviembre del 2009 se dictó sentencia de 6 meses para Gabriel Riera y de 2 meses para Cajo. Pero en vista de que apelaron la condena ellos deben presentarse una vez por semana a la Corte Nacional de Justicia.
fakeFCKRemovePara Fernando Lara, quien lleva el caso de parte de los familiares de las víctimas, los procesos judiciales no fueron justos para todos los inculpados. Según el abogado, las autoridades, funcionarios municipales y los Bomberos fueron también responsables de la tragedia. “Existen documentos que lo demuestran. ¿Cómo es posible que para alejar el ruido se permitan que se coloquen esponjas sin ninguna otra protección, conociendo que son altamente inflamables y sobre todo materiales tóxicos?”.
Después del fallecimiento de las 19 personas, sus familiares solicitaron que en el sitio se construyera un espacio cultural. El lugar sería destinado como parque temático en el que se podrían realizar conciertos. La administración del ex alcalde de Quito Paco Moncayo se comprometió a realizar el pedido.
Sin embargo, el juicio de expropiación se encuentra sin resolución en el Juzgado Décimo Tercero de lo Civil. El último documento que se adhirió fue la solicitud de una citación al Juzgado en Guayaquil para Luis Vasco, gerente de Preindiana (dueña del terreno). La solicitud se emitió el 18 de enero de este año.
A partir de fines del 2009, los familiares comenzaron a realizar juicios individuales en contra del Municipio. En estos documentos solicitan que se los indemnice con USD 3 millones por daño moral, daño emergente y lucro cesante.
Según la Procuraduría Municipal, las demandas individuales seguirán su trámite. Aunque el caso deberá ser analizado por las autoridades en las cortes.
Lara afirma que llegarán hasta el final con el proceso legal de indemnización, pues es el beneficio que los familiares deberían recibir por los daños ocasionados en el incendio. Además, dice que la Fundación Factory Nunca Más, conformada por los familiares, seguirá con la idea de que el predio sea un espacio cultural. “Estamos convencidos de que esa será una alternativa para los seguidores del rock, quienes no tienen espacio para realizar programas por discriminación”.
Especial multimedia: Nunca Más