El lunes 30 de junio, por disposición de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), dejaron de operar las miniterminales que operaban en Quito. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.
En las mañanas se forman dos largas filas de usuarios en la terminal terrestre Quitumbe. Esto se debe al flujo de pasajeros que descienden de los buses de transporte interprovincial y que necesitan dirigirse hacia el centro y norte de la ciudad.
Antes, tomaban los mismas rutas y cooperativas que les dejaban en las distintas miniterminales de cada cooperativa de bus. Sin embargo, ahora, deben cambiar de rutina y subirse en transporte público.
A Bexi Cedeño, que vino desde Manabí para atenderse en el hospital Carlos Andrade Marín, la tomó por sorpresa que los buses solo lleguen hasta Quitumbe. “No sé si irme en bus o en taxi, para mí me queda lejos y no conozco”, manifiesta esta usuaria de la compañía Reina del Camino.
Otra de las sorprendidas fue Genny Mendoza, oriunda de Santo Domingo. “Yo compré en Panamericana porque me dejaba al norte. Ahora me toca ir en bus y me demoro una hora y media más de viaje”.
Permanentemente, por los parlantes del terminal se informa a los recién llegados que la Municipalidad habilitó un servicio para acercarlos a sus destinos. El transporte semi exprés funciona desde el 30 de junio, fecha en la que se cerraron todas las miniterminales al interior de la capital.
El servicio semi exprés hace un recorrido desde Quitumbe hasta Carcelén con una parada cerca del parque El Ejido. El costo es de 25 centavos.
El lunes 30 de junio, por disposición de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), dejaron de operar las miniterminales que operaban en distintos puntos de Quito, menos en las terminales interprovinciales de Carcelén, en el norte, y Quitumbe, en el sur.