En el subsuelo de la Facultad de Filosofía de la Universidad Central, se abren salas permanentes de arqueología del museo Antonio Santiana.
Allí hay una colección de cráneos y de instrumentos indígenas contemporáneos, que son parte de una investigación de antropología física y etnográfica. En el museo hay dos salas de exposición y audiovisuales. En cada un hay un catálogo.
También se exhiben objetos arqueológicos que no se destruyeron en el incendio de 1929. Ese año hubo una afectación porque se quemaron vestigios de madera, tejidos, huesos de mastodontes, entre otros. En 1959, Antonio Santiana trabajó en la colección de objetos.