El 2 de octubre, la tuneladora Luz de América concluyó el túnel en el pozo del parque El Arbolito. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO
En diciembre del 2019, el Metro de Quito empezará a operar. Esta obra, la de mayor magnitud en la capital y el país, se convertirá en la columna vertebral de la movilidad y en un eje de cambio en lo urbanístico.
Actualmente, tiene un 80% de avance en su construcción. La obra civil terminó en las 15 estaciones que se ubican a lo largo de los 22,6 kilómetros del túnel que conectará Quitumbe, en el sur, con El Labrador, en el norte.
Dos hechos marcaron el 2018 en lo que se refiere a su construcción. El primero fue la llegada del primer tren compuesto por seis vagones. Ocurrió en septiembre pasado. Un mes después, en octubre, cientos de obreros, entre los que se cuentan ecuatorianos y extranjeros, culminaron las obras del túnel sin causar daños al Patrimonio.
Con la llegada del tren se inició otra fase: las pruebas en los rieles. Mediante un sistema de remolque, los seis vagones ya acoplados recorrieron 300 metros de la playa de vías en Quitumbe.
El 2018 finaliza con otro avance: 28 kilómetros de los 45 de vía de rieles ya fueron instalados a lo largo del túnel.
Con esto, desde el próximo año, la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito prevé iniciar el proceso para dotar de energía al túnel y los rieles para que las pruebas con los trenes se realicen en movimiento.
Desde enero hasta septiembre próximo, mensualmente llegarán dos trenes desde España. Cada uno pasará por tres tipos de pruebas: acople, estáticas y evaluaciones dinámicas.
También empezarán los cambios urbanísticos en los 400 metros de radio alrededor de las estaciones. Según la Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda, se privilegiará la construcción de zonas para la caminata, bulevares y la reducción de la velocidad en determinadas calles. Aunque en la estación de La Alameda ya se construyó un bulevar, el plan piloto arrancará en la estación La Magdalena, en el sur, en donde se ampliarán las aceras de la avenida Rodrigo de Chávez.
Un tema no resuelto este año fue la nueva estructura de tarifas de transporte público. La Secretaría de Movilidad diseñó una propuesta con un sistema de recaudo unificado para todos los sistemas de transporte. Aún no se define su futuro en el Concejo.
El 18 de octubre, el entonces gerente de la empresa, Mauricio Anderson, renunció al cargo, por una discrepancia con el alcalde Rodas, quien le habría dicho que no tenía “sostenibilidad política”. Lo reemplazó Jorge Yánez Rocha.