A través de la educación, gestora de nuestra sociedad, hemos ubicado a la libertad como una administración netamente espacio-temporal confinada a variables diferentes a las que, definidas objetivamente, se pueden denominar utopías, o esclavitud.
Esta libertad categoriza a los individuos entre afortunados y desafortunados, dependiendo siempre del movimiento del individuo y sus posibilidades físicas.
Sin embargo, la libertad es un momento mental que se convierte en la plataforma de los seres humanos para la búsqueda eterna de nuevos paisajes donde su movilización trasciende lo físico. Ello logra un espacio en principio virtual, que a través de la maravillosa imaginación puede materializarse. Esta libertad toma el nombre de creatividad.
Es de vital importancia que en el ser humano exista la libertad materializada en cada acto consciente, observando cada momento, sea este mental o virtual, despierto a la vida y al conocimiento alejando la utopía y acercando al espíritu, he ahí mi libertad.