El servicio de transporte público funciona de manera irregular en la av. Simón Bolívar, en el sur oriente de la capital. Luego del bloqueo de la vía perimetral, el pasado lunes, quienes circulan a diario por ese sector hacen hasta tres trasbordos para movilizarse desde el sur hacia el norte de la ciudad y viceversa.
A las 11:45 del pasado jueves, Raúl (13 años) y Miriam Castillo (10 años) caminaban por el filo de la cuneta en el sector de El Troje. Los pocos vehículos que circulaban por allí pasaban a gran velocidad. Los dos hermanos estudian en la Escuela Camino del Inca, en el barrio Músculos y Rieles.
Para llegar a las 12:00 a clases tienen que salir a las 11:00 de su casa en el barrio Virgen de Guadalupe. Los pequeños aseguraron que desde ese día, los buses de la línea Marín-El Troje dejaron de circular por esa vía. Los 15 minutos de viaje en bus se transformaron en una hora de caminata entre su casa y la escuela.
Quienes deben cruzar por el sector del deslave, en La Forestal, para ir a sus lugares de trabajo, estudios o para visitar a sus familiares o amigos también han incrementado su tiempo de viaje y el costo de la movilización.
Solo hay un bus del Municipio para circular por la av. Simón Bolívar, entre la entrada a La Forestal y una estación de combustible, aproximadamente 1 kilómetro al sur. La unidad transportaba de manera gratuita a las personas que necesitaban cruzar.
Un bus de la Cooperativa Quitumbe dejó a Jeanneth Jiménez, William Aguayo y otras 12 personas en la gasolinera de Petrocomercial, al sur de La Forestal.
Ocho minutos pasaron hasta que llegó el transporte del Municipio. Cuando llegaron al otro extremo de la zona del derrumbe, la unidad tres de la Cooperativa Mariscal Sucre, de la línea La Marín-Chillogallo, estaba estacionado a un costado de la avenida.
Los pasajeros corrieron para hacer el segundo trasbordo. En la vía, el tránsito había disminuido notablemente. En el puente de Puengasí, Jiménez y Aguayo pagaron el pasaje y bajaron de la unidad. Ahí tenían que esperar otro bus que los llevase al valle de Los Chillos. Cada uno gastó USD 0,75 e hicieron tres trasbordos.
“El cierre de la vía nos cuesta tiempo y dinero”, comentó María Farinango, quien siguió de largo hasta La Marín.
Ricardo Figueroa, chofer de la unidad, dijo que la cantidad de pasajeros se redujo en un 40%. Él era uno de los cuatro conductores de la Cooperativa Mariscal Sucre, que al no poder completar la ruta entre Chillogallo y La Marín decidieron hacer un recorrido parcial entre La Marín y La Forestal.
Otros 16 choferes optaron por hacer el recorrido en el sur, desde La Forestal hasta Chillogallo. “De las siete vueltas que hacía en un día normal ahora hago hasta 14. Pero hay pocos pasajeros y de los cerca de USD 200 que sacaba a diario hoy solo hago USD 115”.
La unidad tres se desvió en el intercambiador al valle de Los Chillos hacia La Marín. Ahí, Fernando Falconí esperaba un bus o una buseta informal que lo llevara hasta Guajaló. Él estudia en la Universidad Internacional. “Movilizarse entre el sur y el norte por esta vía ha sido complicado”. Para evitar los trasbordos, el universitario prefirió la buseta aunque toma más tiempo llegar a su casa.