El debate está abierto. La muerte del entrenador Mauricio Álvarez, el 24 de julio en la Ruta Collas, puso sobre la mesa el tema de la inseguridad que ciclistas y atletas enfrentan en los espacios públicos.
La tragedia motivó a que en redes se inicie la campaña ‘Justicia para Champ’ a la que se unieron deportistas y activistas del país y del extranjero.
Las personas denunciaron que son víctimas, principalmente, de la agresividad de los conductores. Pero hay otros obstáculos que también deben sortear: vías en mal estado, irrespeto a las leyes de tránsito y alta velocidad de los autos.
Las calles de Quito, tanto las que están dentro de la urbe (que son ocupadas por quienes usan la bici como medio alternativo de movilidad), como las periféricas (preferidas por los deportistas que entrenan ciclismo de ruta), no están diseñadas para ser amigables con los usuarios.
En la Ruta Viva, los ciclistas deben circular pegados a la cuneta para distanciarse de los autos que cruzan a alta velocidad. Los vehículos grandes, al pasar, generan una corriente de viento que en algunos casos desestabiliza al ciclista. El martes pasado, a las 07:30, ningún vehículo bajó la velocidad o se abrió a otro carril al observar a ciclistas en esta vía.
En algunos sitios de la calzada hay pedazos de plástico y demás restos de autos accidentados, así como piedras que obstruyen el paso de las bicis. Lo mismo ocurre en la avenida Simón Bolívar, en donde la maleza obstaculiza el paso en algunos intervalos, como al ingreso de La Argelia o Guápulo.
Martha Zamora, de 39 años, recorre a diario esos lugares. Asegura que a la altura de El Troje (sur), en la Simón Bolívar, hay un sitio en el que los deportistas deben ocupar el carril de los automotores, por lo que los choferes de los buses se molestan. Pese a la vulnerabilidad de las bicis, las personas cuentan que los conductores son agresivos, les pitan y les cierran el paso. Otros se distraen en sus celulares.
Añade que en los redondeles de El Inca y Gualo les arrojan el carro mientras curvan. Otros sitios peligrosos son las intersecciones de la Ruta Viva y la rotonda para bajar a Puembo.
Carlos Viteri pertenece al club Locos por el Ciclismo Quito que organiza rodadas los martes, jueves y domingos. Para entrenar, recorren la Panamericana Norte, la Ruta Collas y la Ruta Viva, entre otras.
Hace una semana y media, un compañero de su grupo se accidentó a la altura del redondel donde empieza la Collas. Un carro se abrió demasiado y tuvo que pegarse a la acera en donde había lastre.
Perdió el equilibrio y se cayó. El conductor del vehículo huyó.
Carolina Bosmediano es amiga de Miriam Pozo, esposa de Mauricio Álvarez. Contó que se salvó de morir en la carretera Collas mientras entrenaba. “Cerca al hotel Wyndham, en una curva, un carro se volcó detrás de mí. Lo único que hice fue pedalear con más fuerza para salvar mi vida”.
Algunos deportistas prefieren salir en grupo para cuidarse, ya que temen ser víctimas de robos. Para Jonathan Alemán, del colectivo Cycling UIO, los deportistas se exponen a constantes peligros en las vías. A su criterio, no hay suficiente espacio en las calles.
Los 74 km de ciclovías que hay dentro de la urbe, son insuficientes. Además, las avenidas tienen baches y alcantarillas sin tapa que pueden ocasionar accidentes.
Alemán recuerda que se accidentó por el Parque de los Recuerdos, luego de que un carro aceleró sin respetar el semáforo. El auto le impactó y el conductor huyó, pero fue localizado después. Tuvo que pagar USD 500 para las curaciones y por daños de la bicicleta.
Para evitar más incidentes de este tipo, el Municipio comprometió su participación en campañas de concientización, que impulsen el respeto entre todos los usuarios viales.
Para Pamela Villacrés, directora de Seguridad Vial de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), los peatones y los ciclistas siempre serán los más vulnerables ante un accidente, porque no tienen una carrocería para protegerse.
De enero a junio de este año, la AMT ha registrado 24 siniestros en el Distrito en los que han estado involucrados los ciclistas; un 11% menos que lo ocurrido en el mismo periodo del 2020.
“Los ciclistas no pueden ir por las aceras, deben usar las ciclovías que tienen sus respectivos distintivos y separadores por seguridad”, señaló.
La AMT cuenta con un grupo, conformado por 22 agentes, que realiza controles continuos, de forma aleatoria, para cuidar a los ciclistas. Adicionalmente, brinda resguardos cuando hay salidas en pelotones o grupos grandes.
La Secretaría de Seguridad también se sumó a las tareas preventivas y el martes 27 de julio del 2021 solicitó a la AMT y a la Secretaría de Movilidad que realicen dispositivos de control para cuidar a los deportistas en vías de alto tráfico, y solicitó la colocación de señalética en la Panamericana, Collas, E35, Interoceánica, Ruta Viva y Simón Bolívar.
Para difundir esta campaña de sensibilización se organizó un recorrido el sábado, en la Ruta Collas, de 06:00 a 13:00.