El problema que sufro por el tráfico es, además de otras cosas, el esmog.
Hay muchos buses y la mayoría, seguro, no pasó la revisión vehicular porque por el tubo de escape sale humo negro.
Yo que camino, me toca absorber diariamente todo ese humo contaminante y perjudicial para mi salud. En las fachadas de las casas se observa claramente el hollín, así también debe estar nuestro cuerpo. Siento que mi garganta y mis ojos ya están afectados por el esmog.
La garganta me duele, a veces tengo tos y no es por gripe. Mis ojos se irritan y se ponen rojos.
El incremento de los vehículos también contamina el ambiente, no respiramos un aire puro.
El ruido es otro problema de la congestión. Los conductores no tienen conciencia que se debe usar la bocina solo en casos necesarios. Ellos la usan las veces que quieren, sin respetar al resto de personas. El ruido nos pone de mal genio, por eso hay agresividad entre las personas.
El exceso de carros en las vías afecta en los tiempos de movilización. Yo me muevo desde San Bartolo hacia la Villa Flora.
Antes, en bus tardaba 12 minutos, ahora me toma mínimo una media hora. Hay veces que la fila de carros que se forma, no avanza. Muchas veces prefiero caminar antes que tomar un bus. Aunque nadie me salva de tragar ese humo negro de los carros.
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