Los incendios que se han originado al pie de las quebradas han sido los más difíciles de controlar y los que han dejado más daños: Puembo, Pasochoa, Pululahua, Zámbiza y San Juan de Chillogallo.
En esta última localidad, ayer hubo tres personas que presentaron un cuadro de asfixia por el exceso de humo en el ambiente.
El policía metropolitano José Játiva y dos menores de edad fueron atendidos por los socorristas. Játiva intentaba apagar el fuego, con machete y ramas. La doctora Gabriela Astudillo, quien la atendió, explicó que la afección a sus vías respiratorias se produjo porque no estaba protegido.
Los menores de edad, de 1 y 16 años, según el diagnóstico médico, tenían síntomas de garganta irritada y tos recurrente. El personal del Ministerio de Salud les suministró medicamentos y pidió a sus padres que los lleve a casas donde no haya humo. “Corren riesgo de que vuelvan a presentar un cuadro de asfixia”, aseguró Astudillo. En la mañana de ayer, las 50 personas que fueron evacuadas el lunes empezaron a volver a San Juan de Chillogallo.
Hasta la tarde, el incendio estaba controlado en un 90%. Las autoridades locales insistieron en que la mayoría de incendios es provocada. Éber Arroyo, comandante del Cuerpo de Bomberos, tiene su argumento: el humo que se levanta sobre las zonas afectadas es negro. “Eso demuestra que se utilizó combustible”.
De acuerdo con un informe preliminar, eucalipto, pino y ciprés han sido las especies de árboles más afectadas por el fuego. Ayer, las llamas seguían amenazando a la reserva Pululahua. Los equipos de bomberos, policías y militares no pueden llegar al sitio donde se originó el incendio.
Está en riesgo una parte de las 3 460 hectáreas de la reserva, que alberga unas 1200 especies vegetales y diversidad de aves y mamíferos, como águilas, apangoras, ardillas, armadillos, boas, búhos, pájaros carpinteros, cóndores, conejos, cusumbos, lechuzas, etc.
En la reserva Pasochoa, en cambio, el fuego ya fue controlado. No hay una evaluación de los daños ocasionados por las llamas.
En San Juan de Chillogallo, los niños de la Escuela Whimper tampoco pudieron asistir a clases ayer. Las maestras Gardenia Piedra y Ximena Cobos informaron que hay temor entre los padres por la emergencia que tuvieron que vivir en la mañana del lunes. Ese día, los pequeños fueron evacuados porque las llamas se acercaban al establecimiento.
Carla, estudiante del primer año de Básica, estuvo puntual, porque a sus padres no les informaron que las clases estaban suspendidas. No olvidaba los momentos de angustia que vivió con sus compañeros. “El aula se llenó de humo, todos tosíamos y no podíamos ver”.
Según el último reporte oficial, presentado el jueves 13 de septiembre, son 2 238 hectáreas que han sido consumidas por el fuego. Las autoridades municipales anunciaron que luego de que pase la emergencia convocarán a la ciudadanía para formar brigadas para ejecutar una campaña de reforestación masiva en las zonas que fueron devastadas por el fuego. El propósito es sembrar especies nativas que se adapten fácilmente al ecosistema dañado.
En la mañana de ayer, el Súper Puma del Ejército Ecuatoriano lanzó agua sobre la quebrada La Victoria, en San Juan de Chillogallo. Los militares combatieron al fuego desde el aire también cerca del Pululahua. Para hoy está previsto el arribo de dos helicópteros venezolanos (Cougar y Súper Puma) que también se unirán a las tareas. Está previsto que aterricen a las 13:00, en la plataforma de la Base Aérea, en el norte.
El policía Játiva y los dos menores de edad ya están fuera de peligro. En San Juan el humo aún dominaba el ambiente.
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