La Vía Interoceánica es la principal arteria de conexión a las parroquias nororientales, entre ellas Tababela, donde se construye el Nuevo Aeropuerto Internacional de Quito. El puente sobre el río Chiche es un paso estratégico y el cierre del mismo, aunque sea programado, incide considerablemente en la movilidad.
Ayer se bloqueó la circulación vehicular, durante ocho horas, por trabajos de mantenimiento en el talud occidental. Allí personal de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas cortó un bloque del talud que estaba fisurado y amenazaba con desprenderse.
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En ambos lados del puente se observaban filas de automotores. Según la Epmmop, esta arteria soporta un alto tránsito vehicular de buses interparroquiales, interprovinciales, de camiones, volquetes, tráileres y carros particulares. Se calcula que por el puente circulan 10 000 carros al día, mientras que por toda la Interoceánica son 54 000.
Según los cálculos del Municipio de Quito, con la operación del aeropuerto, unos 4000 vehículos livianos más circularían a diario por el puente. Guillermo Carrasco Valdivieso, quien es el coordinador de unos 3 000 representantes de las comunidades de Tumbaco, Cumbayá, Puembo y Pifo ha asegurado por más de una ocasión que el puente debe ser declarado en emergencia antes de que se abra la nueva terminal.
“La infraestructura ya es insuficiente. Ese puente es un embudo para el tránsito vehicular”.
Para Valdivieso, la vulnerabilidad del puente ya ha quedado demostrada. “El 1 de mayo pasado se cerró el puente por la tala de árboles, calculamos que unas 10 000 personas tuvieron que cruzar a pie. Cuatro días después, un accidente de tránsito generó una fila de carros que alcanzó los 4 km en el lado oriental”.
Ayer, durante el cierre programado ocurrió algo similar. Decenas de personas caminaron para hacer trasbordos y poder llegar a sus destinos. Los vecinos de las parroquias nororientales tuvieron problemas para llegar a Quito y viceversa. Las personas debían hacer trasbordos, desde el Arenal hasta la entrada a Puembo.
Además de pagar doble pasaje caminaron unos 30 minutos.
Marina Carrasco debía llegar a su casa en Puembo. Ella venía del centro de la ciudad, salió a las 08:00 y el paso era normal, cuando regresó se sorprendió del bloqueo. “Los buses deberían dejarnos más cerca”, reclamaba.
Los conductores debieron tomar vías alternas. La más cercana es la Vía Intervalles, cuyo ingreso está a unos 5 kilómetros, por el Club El Nacional.
Marcela Granda reclamaba a la Policía por la falta de información. “No hubo señalización en la Intervalles, nos hacen venir hasta acá para luego volver”.
Desde la parroquia de Tumbaco a Tababela por la Interoceánica se demora entre 15 y 20 minutos. Mientras que por la Intervalles, el tiempo de viaje demanda de hasta 45 minutos. Esta vía es angosta, de dos carriles, uno para cada sentido. Está adoquinada, en general tiene buen estado, pero hay tramos donde hay pequeños hundimientos.
Por la Vía Interoceánica, desde la av. Simón Bolívar hasta Tababela, se deben recorrer 24 km. Fuera de las horas pico y si no hay alguna eventualidad se puede llegar en 40 ó 50 minutos. Pero en las horas pico el tiempo se duplica. La semana pasada, el alcalde Augusto Barrera aseguró que para evitar más problemas de movilidad en el sector, cuando opere el nuevo aeropuerto, ya debe estar lista la ampliación de la E35.
Esta vía va desde Tambillo a Pifo y será el corredor por donde circulará la carga pesada que entrará y saldrá de la terminal.
Otras vías y el traslado
La construcción de la Ruta Viva, por un costo de USD 150 millones, aproximadamente, es financiada por la CAF. Las obras en la primera etapa ya empezaron.
La construcción de la Collas-Tababela y el mejoramiento del la E35 están a cargo del Gobierno Nacional. Se invertirán USD 350 millones en estas vías.
Está previsto que la nueva terminal aérea se inaugure el 12 de octubre de este año. Por ahora, se realizan simulacros para probar los sistemas electrónicos y de emergencias. Hoy, el Alcalde informará sobre los avances del traslado.