Las luminarias de la av. 24 de Mayo se encienden puntualmente, a las 18:00. El miércoles pasado, a esa hora empezaba a oscurecer. Un grupo de policías metropolitanos rondaba por las cuatro plazas recién inauguradas.
[[OBJECT]]Teresa Arteaga llegaba con su hija María José Zurita. Ingresaron por la calle Cuenca. En la intersección con la 24 de Mayo, sobre las gradas, se detuvieron a descansar. Su paso se fue acelerando durante el trayecto. “Fuera de aquí es inseguro. Nos dio temor porque había borrachos y gente peligrosa. Acá nos sentimos más tranquilas y seguras porque está alumbrado y hay policías”.
Arteaga contó que luego de retirar a su hija de la escuela decidió llevarla para que conociera los renomozados espacios públicos, pero aseguró que no volvería a arriesgarse en las noches.
Otra calle de acceso que no cuenta con presencia policial permanente es la Loja. La iluminación es escasa. En la esquina con la Venezuela, frente a una de las plazas regeneradas, hay mujeres que están sentadas sobre las descuidadas aceras.
Vecinos que prefirieron no identificarse indicaron que son cómplices de los delincuentes que aún rondan por el sector.
Una cuadra más al sur, siguiendo por la Venezuela, en el cruce con la Ambato, es imposible transitar. Allí se reúnen personas de aspecto descuidado, bulliciosas y mal vestidas. “Allí roban y arranchan celulares y carteras”, contó un transeúnte, a quien hace pocos días le robaron su cámara fotográfica. “Una casa abandonada es la guarida de esas personas”.
La 24 de Mayo es custodiada por policías metropolitanos, de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC), de la Unidad de Vigilancia y cinco guardias de seguridad privados. Estos últimos indicaron que resguardan solo los bienes públicos, como los maceteros.
Según el policía Paúl Pilliza, de la UPC, los patrullajes en las calles aledañas se realizan durante el día, hasta las 17:00, pero desde las 18:00 la vigilancia se concentra solo en la av. 24 de Mayo, “porque hay más afluencia de gente”.
Según Pilliza, los actos delictivos, como robos y asaltos, se han reducido. Antes se registraban entre siete y nueve al día, ahora el promedio es de dos.
Gustavo Naranjo y su esposa, Eliza Amaya, viven en el sector de La Victoria. Todos los días deben pasar por la 24 de Mayo, porque el bus les deja en las calles Rocafuerte y Benalcázar, en la plaza Santa Clara. Para la pareja, el mayor problema de inseguridad se registra en las calles del lado sur.
Entre ellas, la Barahona, Bahía de Caráquez y Ambato. “Todavía hay cantinas y en esas calles viven los delincuentes que salieron de la 24 de Mayo”. La calle Barahona es una vía adoquinada y estrecha, con pocas luminarias.
A las 19:30, Víctor Baldeón y su familia observaban la exposición de fotos. Con su esposa María de Lourdes Cisneros caminaron desde la Plaza Grande, por la calle García Moreno. En algunos tramos hubo policías, pero otros estaban desolados. “Uno se queda con la sensación de inseguridad”.
Propuesta municipal
El Municipio tiene un Plan de Seguridad para el sector. Hay una UPC con 37 efectivos y la Unidad de Vigilancia 24 de Mayo.
La comunidad está organizada en dos comités de seguridad, formados en la 24 de Mayo y plaza Santa Clara.
Entre las calles Benalcázar, Cuenca y Rocafuerte funcionan 40 alarmas comunitarias.
En la 24 de Mayo y Venezuela hay una cámara de video del sistema Ojos de Águila.