‘Dos meses aguanta el bacheo y se vuelven a abrir los huecos”. Es el cálculo que hace Blanca Vargas, dueña de una tienda en la calle Malvas, en Turubamba. Según la moradora, en los últimos tres años la calle ha recibido mantenimiento, al menos, en seis ocasiones. Los agujeros y las fisuras se extienden hasta la calle Cusubamba. Sobre la vía, los parches de asfalto se notan por la diferente tonalidad de color.
En el 2011, el Municipio invirtió USD 3 461 920 en el bacheo de 461 650 huecos, en 2 933 calles de la ciudad. Jorge Albán, alcalde encargado, aseguró que el bacheo no es la solución final al problema del mal estado de las vías. “La idea es trabajar más en la repavimentación y menos en el bacheo”. Aseguró que en los casos en que el trabajo no cumpla las condiciones requeridas, serán los contratistas quienes asuman los gastos de la reparación.
De los 4 148 km de vías que hay en el Distrito, 3 097 tienen algún tipo de recubrimiento. Germánico Pinto, gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), explicó que en un primer diagnóstico, de los 1 644 km de vías asfaltadas, el 40% (657 km) se encontraba en mal estado. Para la intervención en el 2011 se aplicó un plan de bacheo y un plan de rehabilitación vial.
Para el taxista Raúl Toaquiza, en el último año el mantenimiento de las vías principales ha mejorado. Sin embargo, aseguró que aún hay vías secundarias que causan daños en el vehículo que conduce, debido al mal estado del asfalto.
“Cuando el carro se cae en un hueco, las llantas se desalinean. Por eso, cuando me piden carreras a un sector donde sé que las vías están dañadas, prefiero perder la carrera y no ir”.
En otras vías secundarias del sur, como la Abelardo Andrade, Hermandad Ferroviaria, Juan Cueva, Epiclachima, Quisquis, entre otras, la deformación del pavimento causa congestión vehicular y riesgo de accidentes.
En la Francisco Cobo y Ana Paredes de Alfaro hay un hueco en media curva. Juan Sulca, vecino del sector, recuerda que el hueco ha ido creciendo en los últimos tres meses. “Cuando llueve, se llena de agua y no se lo ve”.
Al menos dos accidentes de tránsito se registraron en el lugar, debido a las maniobras de los conductores por evitar el bache.
Toaquiza cree que se podrían ahorrar recursos, si en lugar de bachear constantemente una calle se invirtiera en repavimentación. Según la Epmmop, con el bacheo de emergencia solo se cubren los huecos para facilitar el tránsito vehicular.
Posteriormente, se determina el nivel del daño estructural de la calzada y se programa una intervención, que puede ser un bacheo en caliente o la repavimentación de la vía. El bacheo en caliente dura alrededor de dos años y la repavimentación puede perdurar hasta unos 10 años.
Gonzalo Ayala vive en la calle De los Cipreses, en el norte. El constante bacheo en esta y otras transversales en el sector de El Colegio, también le hace dudar de la calidad del material y de la técnica de trabajo.
“La vía fue bacheada, pero hace dos meses empezaron a abrirse más huecos”. En las calles De los Eucaliptos, Lizardo Ruiz y Bernardo de Legarda también hay evidencias de antiguos parches de asfalto y nuevos huecos.
Pinto informó que en el inicio del invierno se aplicará un plan adicional de bacheo. “La lluvia acelera el proceso de deterioro del pavimento que presenta daños estructurales”. Debido a las malas condiciones climáticas, durante la época lluviosa, se aplicará un bacheo en frío. Tiene una durabilidad de dos a tres meses.
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