El alcalde Augusto Barrera presentará el lunes en la Asamblea una propuesta de reforma judicial, para combatir el delito en la ciudad.
El Municipio presentará, el próximo lunes, una propuesta de reforma judicial a la Asamblea. ¿En qué consiste ese planteamiento?
Cuando uno mira lo que ocurre en la ciudad hay cuatro aspectos que son de mayor preocupación frente al tema de la inseguridad: aparecimiento de delitos que antes no había, como el sicariato; la enorme cantidad de delitos tiene que ver con asalto y robo a personas; hay delitos como los robos a domicilios que ahora tienen connotaciones de violencia; y el impacto que tiene en algunos barrios el tráfico de drogas. Buscamos, principalmente, que el juzgamiento sea más ágil.
La Asamblea también está tratando de configurar un nuevo Código Penal, ¿cómo encajar, entonces, la propuesta que lidera el Municipio de Quito?
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Sé que se está preparando un nuevo Código Penal, con cerca de 1 000 artículos, pero en el caso de Quito hay una particular participación. Luego de la instalación de las mesas ciudadanas de diálogo, estructuramos un grupo de juristas que trabajaron en la propuesta de reformas que presentaremos el próximo lunes. También participaron los consejos barriales de seguridad y organizaciones como Marcha Blanca. De hecho, yo respeto la propuesta de la Asamblea.
A la par de la presentación de una propuesta de reforma judicial, se deben concretar acciones para contrarrestar el delito. ¿Está considerado este aspecto?
La convicción que tenemos es que por enorme que sea el esfuerzo de organizaciones y de instituciones, si no transformamos integralmente el sistema judicial, vamos a seguir con las limitaciones que hemos tenido hasta ahora. La principal limitación que hay es esa de cerrar el círculo con el juzgamiento a los culpables.
¿En qué consiste la propuesta de reforma judicial?
En la clasificación de delitos para viabilizar un ágil juzgamiento de los delitos frecuentes y flagrantes; tipificación de las nuevas modalidades delictivas, como el sicariato; abrir el camino para un juzgamiento especial de determinados delitos frecuentes; tratamiento especial de la habitualidad delincuencial; implementación de un sistema informático penal; asesoría legal gratuita a víctimas; implementación de un sistema de evaluación permanente del desempeño de la administración de justicia; y fortalecimiento de la investigación judicial.
Usted es parte del movimiento político que tiene mayoría en la Asamblea. ¿Va a utilizar su influencia para que se tramite la aprobación de las reformas que está proponiendo?
Soy optimista y creo que esta discusión que ha tenido días y noches sí debe dinamizar una actitud muy proactiva de todos los actores. Es importante pensar en lo que en su momento planteó el presidente Gaviria de Colombia: “Si no queremos ver a una sociedad golpeada gravemente en sus cimientos, debemos actuar”. Eso, para evitar que en Quito se viva como en ciertas zonas de México.
En todo caso, necesita apoyo político…
No se trata de una acción de politiquería coyuntural. Nos plantea una exigencia enorme. Cuando voy a cualquier barrio e inauguramos la escalinata, la gente dice que lindo, pero no puedo salir a pasearme. A lo mejor la Asamblea inicia el debate de todo el código, pero la ciudadanía espera respuestas rápidas. Es evidente que la inseguridad está a flor de piel y ese es un problema que nos debe mover a todos y lo mínimo que podemos hacer las instituciones es reaccionar rápido.
Usted está convocando a quienes han sido víctimas de la delincuencia, para que el próximo lunes le acompañen a la Asamblea a presentar la propuesta. ¿Está apelando a la presión ciudadana?
A nosotros lo que nos interesa no es solo presentar, sino que se haga. No quiero marcar plazos, pero vamos a estar vigilantes. A las 09:00 nos reuniremos en el parque El Arbolito. La única bandera será la de Quito. Queremos incentivar una acción cívica. Estoy dispuesto a impulsar la concertación y el diálogo. Los mayores problemas que tiene esta ciudad demandan de diálogo. Ya hay síntomas de cohesión social entre los vecinos de los barrios.