Tornasol produce 40 toneladas de tela de todo tipo al mes. La materia prima, salvo el algodón y algunos tintes, son ecuatorianos. Foto: Julio Estrella/El Comercio
La industria quiteña, como la textil, la metalmecánica y la alimenticia, no ve en las salvaguardias arancelarias, recientemente aplicadas, un impacto determinante en la producción y la comercialización de sus artículos. Prevén que el incremento en el costo final de sus productos no será mayor al 2 %.
Solo en las empresas afiliadas a la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria (Capeipi), estas tres ramas agrupan a 716 organizaciones. Representantes de estos sectores indican que es mayor la ventaja para sus empresas. La razón: creen que los precios en los artículos de sus competidores (que son importados) tendrán un incremento de hasta el 45%. Esto a pesar de que la industria capitalina importa una parte de la materia prima. Este sector es el segundo que más empleo genera en el Distrito, luego del comercio.
En Calderón, por ejemplo, 10 telares circulares operan aceleradamente. Allí se procesan los hilos que llegan desde una fábrica en Guamaní.
Tornasol, donde trabajan 40 personas, es una de las 130 textileras afiliadas a Capeipi. La fábrica produce, en promedio, 480 toneladas de tela al año, que representa USD 3 millones. Los hermanos Hernán y Joffre Izurieta llevan 25 años en el negocio.
Los empresarios apuntan que menos del 8% del algodón que se utiliza para fabricar hilo es ecuatoriano, el resto es importado de países como Estados Unidos. Por esto, Joffre Izurieta, presidente del sector textil de la Capeipi, considera que el aumento de los aranceles a los productos importados no incidirá radicalmente en el costo final de su producto. Calcula que será solo un 2% más.
De unos 100 tipos de telas que se emplean en la confección ecuatoriana, 20 se producen en el país. Por eso Izurieta cree que la industria nacional tendrá mayor demanda.
El proceso de fabricación de sus telas tarda unas 16 horas (tejido, teñido y empaque); estas se distribuyen en tiendas de la ciudad y fábricas de ropa. También llegan a Riobamba, Guayaquil y Loja.
La percepción, en el sector metalmecánico, es similar. Aquí se encuentran las industrias donde se producen artículos que se venden en cualquier ferretería del Distrito, como los paneles de Tablelectric.
En el sector de Marianas (norte), desde hace 18 años se elaboran estos artículos metálicos, indispensables al instalar el sistema eléctricos. En Tablelectric, seis trabajadores, en máquinas dobladoras, dan forma a cinco clases de paneles.
En ese lugar, uno de los 350 espacios dedicados a la metalmecánica afiliados a la cámara provincial, se elaboran hasta 100 paneles diarios por cada uno de sus tipos, según Patricio Medina, jefe de operaciones.
La distribución del producto se realiza en toda la ciudad, pero el principal cliente es Guayas, apunta Gerald Montesinos, gerente de la empresa y presidente del sector metalmecánico de la organización de Pichincha. En esta área se incluye la producción de materiales para la construcción, maquinaria, piezas para autos…
Tablelectric produce, entre otros, unos 100 paneles diarios, de una medida. Se encuentra en el sector de Marianas, en el norte de la urbe. Foto: Julio Estrella/EL COMERCIO
Montesinos expone que pese a que la materia prima, como el acero, es importada, el impacto por las nuevas salvaguardias no será mayor y, al igual que los hermanos Izurieta, calcula que la incidencia en el precio final de sus productos será un 2% adicional: un valor mínimo.
Para él, la ventaja es mayor, pues la industria tiene competidores externos, como Colombia y Estados Unidos, cuyos productos, al ser importados con nuevas tasas, serían más caros que los de Tablelectric.
Quito también tiene su propia industria alimenticia. Cereales, panadería, frutas, legumbres y cárnicos son parte de la lista. En este último grupo está Macafri, especializada en la producción de alimentos elaborados con carne de ternera.
En la planta, en el Comité del Pueblo, en el norte de la urbe, 15 empleados son parte del proceso para elaborar embutidos y procesar los cortes de carne. Cada detalle de higiene y control se cuida para producir, semanalmente, una tonelada y media de embutidos, filetes…
El principal mercado para las 180 empresas afiliadas a la Capeipi, en el área alimenticia, son los supermercados. Édison Romo, gerente de Macafri y presidente de este sector, indica que si bien la producción es importante no podrían cubrir toda la demanda de consumo. Se estima que en Pichincha se producen unos 1 000 productos alimenticios de todo tipo.
Para Romo, esta industria está en crecimiento. Cada vez se elaboran más artículos para el consumo local y la exportación, por lo tanto concluye que en estos 15 meses de salvaguardias para lo importado, puede incentivar el consumo de lo que se produce en Quito.
No obstante, advierte que una de las afectaciones para este sector la importación de empaque es vital para sus productos. En Pichincha, la producción anual de la industria alimenticia bordea los USD 300 millones.