El agua que antes corría por una vertiente ornamental y que unía dos piletas en el parque lineal, en la av. Alonso de Angulo y Cristóbal Tenorio, está estancada.
Las piedras que eran parte de ese canal artificial están secas y desordenadas. Varios adoquines alrededor de una de las piletas desaparecieron y en el lugar se formó un hueco. Los vidrios, focos y cables de las luminarias tampoco están en su sitio.Segundo Merino es un guardia privado que vigila el parque de la concha acústica de la Villa Flora desde hace un año y medio. Él recuerda que las bombas y motores que impulsaban el agua dejaron de funcionar cuando se iniciaron los cortes de energía, en noviembre del año pasado. Cuando el sistema eléctrico y de bombeo funcionaba, los vecinos y visitantes del parque se deleitaban con el juego de luces, chorros y cascadas de agua.
A Piedad Ruales, vecina del sector, le gustaría volver a ver ese espectáculo. “Imagínese lo bonito que sería para los vecinos del barrio que arreglen las piletas del parque”. En otras tres fuentes del parque administrado por la Corporación Vida Para Quito, hay botellas plásticas y basura que flotan en el agua.
La falta de mantenimiento también se nota en las bancas, basureros y juegos infantiles destruidos. Merino asegura que el vandalismo aceleró el deterioro de ese espacio público. Los grafitis están pintados sobre paredes y monumentos del lugar. “Las luminarias y el cableado eléctrico fueron robados”.
Efrén Bonilla, de la Gerencia de Espacio Público, explicó que la administración y mantenimiento de las piletas de la ciudad está dividido entre las administraciones zonales y la Corporación Vida Para Quito.
Según el último inventario de la Gerencia de Espacio Público, en el 2004 el Municipio estaba a cargo de 33 piletas. A estas se suman 18 que administra Vida Para Quito. En total son 51 piletas.
El 20 de agosto del 2009, el Concejo Metropolitano autorizó el proceso de liquidación de cuatro corporaciones adjuntas al Municipio. Una de ellas era Vida Para Quito, encargada de la gestión ambiental y recuperación de espacios públicos. Iván Tapia, gerente de la entidad, aclaró que ese proceso no frenó los trabajos de mantenimiento.
Según un informe de la Corporación, en 18 piletas, a diario se realizan trabajos de limpieza, revisión eléctrica, desagues, equipo de circulación, seguridades y provisión de agua. Cada mes se hace un lavado y cambio de agua y el mantenimiento de las bombas, motores y paneles eléctricos. El costo mensual del mantenimiento es de USD 6 476.
Sin embargo, este Diario constató en un recorrido por 12 piletas que, al menos, 11 están descuidadas. El mantenimiento no ha detenido el detrimento de estos espacios públicos. Piletas como la del mercado Mayorista, Solanda, Machángara, Isabel la Católica, que en su momento fueron inauguradas en medio de discursos y actos artísticos, hoy ya no funcionan.
Tapia explicó que la Corporación hizo un estudio técnico para la rehabilitación de las 18 piletas, además de la infraestructura de los parques y plazas en las que están ubicadas. “El Alcalde (Augusto Barrera) pidió que las piletas empiecen a funcionar y que se construyan nuevas”.
La recuperación de estos espacios costará USD 297 000. Tapia estima que los trabajos se iniciarán en tres semanas, una vez que termine la transferencia de competencias a la Gerencia de Espacio Público. “Hemos terminado los contratos con empresas privadas para mejorar la gestión de los dineros, a través de la administración municipal”.
Las piletas a cargo de las administraciones zonales también están descuidadas. Un fango verde cubre el piso de la pileta de la Plaza Indoamérica, en la Universidad Central. Alrededor, las placas con los nombres de los 20 héroes indígenas no están. Sobre un pilar falta una estatua.
A Ramiro Medina, empleado de la universidad, le apena el estado de la tradicional plaza. “Parece un charco con agua empozada. No tiene ningún atractivo”.
En la pileta de Miraflores, donde hay dos equilibristas de metal, apenas se alcanza a divisar el color de las cerámicas que están cubiertas de un fango oscuro.
Cuando se daba mantenimiento a esa fuente, comerciantes como Patricio Farinango utilizaban el agua para lavarse las manos y refrescarse.
En la plaza La Victoria, en el centro, la pileta fue vaciada el pasado martes para evitar que el agua se siga filtrando hacia la calle Ambato. Juan Palate, betunero, recuerda las risas y correteos de los niños, en carnaval, jugando con el agua de esa fuente.
A Angelita Potosí, una vecina de La Magdalena, le apena que la pileta de la plaza central, donde antes se bañaban y bebían las palomas, ahora está seca por falta de mantenimiento. En el lugar hay poca iluminación.