La instalación de la Primera Junta Soberana de América Hispana fue el mérito de los próceres del 10 de Agosto de 1809.
Es verdad que los movimientos rebeldes del 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca (ahora Bolivia) fueron los primeros levantamientos de criollos contra las autoridades españolas, pero el Primer Grito de Independencia de Quito tuvo sus repercusiones recalcitrantes.
El historiador Hernán Rodríguez Castelo asegura que “producida la transformación política del 10 de Agosto de 1809, los revolucionarios enviaron comunicaciones a ciudades y villas” vecinas. “ Y hubo nutrida correspondencia que dio cuenta de los sucesos de Quito”. Agrega que Bogotá, tras el 2 de
Agosto de 1810, exigió Cabildo Abierto y allí se proclamó: “Queremos gobierno nuevo. Fuera chapetones”. Y en Chile, en 1810, el fraile Camilo Henríquez, dio a Quito el título de ‘Luz de América’. Para Castelo, en ese clima, el movimiento quiteño que había germinado significó una señal de que la hora había llegado.
“Tuvo, sin duda, trascendencia americana”, dice.