Sus manos están endurecidas por el trabajo. Sus ojos tienen profundas ojeras por las largas jornadas nocturnas en el mercado Mayorista, del sur de Quito. Pero su espíritu es alegre.
Juan Chugchilan es directivo de la asociación Tigua de estibadores y tricicleros de este centro de abastos. Tiene 46 años y hace 28 llegó a Quito desde la provincia de Cotopaxi en busca de un futuro mejor. Se queja de que “ha sido difícil porque nos discriminan por ser indígenas”. Ese es uno de los estigmas que el Municipio de Quito quiere derribar a través de una ordenanza que regula y dignifica el trabajo de unas 10 000 personas que estima se dedican a esos oficios.
La concejal Mónica Sandoval impulsó la ordenanza con el afán de registrar a los estibadores y tricicleros para prevenir abusos. “Hay grupos de extranjeros que les extorsionan y les cobran la mitad del dinero que ganan”, expone.
Esas personas deambulan dentro y fuera de los mercados ofreciendo sus servicios por la mitad del dinero que los trabajadores asociados. La falta de guardias no ha permitido que sean atrapados y eso motiva a que las autoridades intenten normar el ingreso a esas plataformas. De esa manera, “se dará el primer paso para mejorar la vida” de quienes ejercen ese oficio”, apunta Sandoval. La edil dice que con la carnetización se puede definir a los trabajadores que podrán estar en los puntos manejados por el Municipio.El permiso será emitido por la Agencia de Coordinación Distrital del Comercio (ACDC), la Epmmop o la Empresa Pública Mercado Mayorista.
Mientras los habitantes de la ciudad duermen, entre medianoche y las 05:00 de la mañana, Chugchilan descarga quintales de productos. El pago que recibe es de USD 0,10 por cada uno. Un camión trae 300 y hasta 400 sacos para distribuir desde el Mayorista. La descarga se hace entre dos personas, es decir que por su trabajo puede ganar USD 20, aproximadamente.
Su jornada no es fija, trabaja de lunes a domingo en horas de la madrugada. “Hay que luchar para dejarles algo mejor a nuestros hijos”, dice. Orgulloso habla de los cuatro suyos y de cómo el mayor está por convertirse en abogado.
No habrá tarifas
Dentro del Concejo Metropolitano se habló de la posibilidad de incluir un tarifario para los servicios que prestan las 26 asociaciones registradas en la ciudad. Pero no fue posible por factores como la ubicación, horario y disposición de los clientes. Finalmente, ese es un punto que no será regularizado.
Los estibadores y tricicleros trabajan unas 70 horas en promedio cada semana. Sus ganancias dependen de la ubicación donde presten sus servicios y del día de la semana. Aproximadamente al mes pueden alcanzar los USD 450.
En este proceso de regularización entran quienes trabajan en plataformas administradas por el Municipio, como: mercados, ferias, terminales terrestres y centros comerciales del ahorro. Los extranjeros pudieran acogerse al plan siempre y cuando pertenezcan a una de las asociaciones legalmente constituidas en la capital.
Al momento no hay datos oficiales del sector, sin embargo, en el Concejo se estableció la cifra de 10 000 beneficiarios como un estimado. El levantamiento de información estará a cargo de la ACDC y se presentará al Concejo Metropolitano en 30 días.La regularización de los estibadores y tricicleros no incluirá salario fijo, afiliación al seguro social, horas extras o utilidades. “Vamos a tratar de mejorar sus condiciones”, dice la concejal Sandoval.
Lo que sí tendrán es acceso prioritario al sistema de salud y educativo municipal para ellos y sus familias. En caso de que quieran retomar sus estudios podrán acogerse al programa de bachillerato acelerado.