Redacción Guayaquil
Agentes de Criminalística y de la Brigada de Homicidios buscan identificar a las cinco personas que aparecieron asesinadas la noche del miércoles, en el interior de un vehículo, parqueado en un sector del km 26,5 de la vía Perimetral.
Los cuerpos de las víctimas, todos varones, permanecían hasta el mediodía de ayer en el Departamento Médico Legal de la Policía. Hasta esa hora ningún familiar había llegado a reclamar ni a identificar los cuerpos.
Varias hipótesis
El jefe del Comando Guayas, Juan Ruales, cree que los asesinatos fueron cometidos en otros lugar de la ciudad.
El auto no tenía rastros de violencia en su interior ni disparos en el exterior. Las víctimas sí tenían heridas de bala.
Ruales tiene varias hipótesis pero no las quiso revelar hasta que concluyan las investigaciones que realizan sus agentes.
La vía Perimetral ha sido utilizada desde su construcción para abandonar cadáveres en gran parte de su extensión.
Las víctimas generalmente han sido delincuentes ajusticiados por alguna venganza y hasta personas que han sido asaltadas por delincuentes.
Un reporte policial indica que el hallazgo fue realizado a las 23:00 de anteanoche, por un patrullero que realizaba su recorrido de control rutinario por el noroeste de la ciudad.
El documento señala que los agentes fueron informados que en las calles 44 y Honorato Vázquez, a 150 metros de la Perimetral, había un auto Peugeot, gris, placas GLZ-804. Estaba estacionado en un lugar oscuro mucho tiempo y de forma sospechosa.
El vehículo se hallaba distante de un centro médico y un asilo de ancianos de la Cooperativa Hogar de Nazareth, por el parque industrial Inmaconsa.
El parte señala que los policías se acercaron hasta el auto para verificar la novedad y descubrieron que desde su interior salía sangre, pero no podían ver su origen.
Inmediatamente solicitaron la presencia de la Brigada de Homicidios en el sitio. Sus agentes encontraron los cadáveres atados de pies y manos con cinta de embalaje. Tenían heridas de bala en el cuerpo y la cabeza.
Estaban cubiertos con un plástico negro. Sus edades están comprendidas entre los 30 y 35 años. Eran de raza mestiza y la estatura variaba entre los 1.60 a 1.65 metros de altura.
Un equipo de Criminalística llegó también al lugar y recogió las primeras evidencias de los asesinatos. Mientras que el fiscal William Aguilar realizó el levantamiento de los cadáveres. Moradores del sector sospecharon que los asesinatos no ocurrieron allí sino en otro sitio. Los cinco cuerpos estaban bien acomodados en el vehículo.
Además, el auto no presentaba huellas de impactos de bala en su carrocería externa. “Los cuerpos deben haber sido trasladados en una camioneta y acá se hizo el trasbordo”, comentó un habitante del lugar a los investigadores.
El médico forense, Juan Montenegro, les realizó la autopsia ayer. Allí verificó que los cuerpos recibieron de uno a cuatro disparos. Tres de ellos tenían dibujada una equis en la frente, según Montenegro, realizada con un arma blanca, después de la ejecución.
La necropsia confirmó que ninguno de los fallecidos tenían signos de torturas en sus cuerpos. Tres de las cinco víctimas tenían tatuajes. Uno de ellos, con la palabra Play boy inscrita con la figura de un conejo en el prepucio.
Otro tenía un corazón y las iniciales SCG 18 en su hombro derecho. Y el tercero, un conejo en una de sus muñecas. Uno de los fallecidos presentaba una cicatriz en uno de sus hombros.
Edmundo Mera, jefe de la Policía Judicial del Guayas, sospecha que se trataría de un nuevo ajuste de cuentas entre delincuentes. “El lugar fue utilizado nada más para abandonar los cadáveres”.