Uno de los frentes de trabajo del proyecto luce abandonado. Foto: Galo Paguay / El Comercio
Cinco frentes de trabajo del Proyecto hidroeléctrico Quijos lucen abandonados. Ni siquiera hay guardias para controlar el ingreso de algún visitante a la obra.
Cualquier persona puede llegar a las obras de toma del río Papallacta, en la población de Cuyuja (a dos horas de Quito, en la vía que llega a Baeza) y contemplar los dos canales de concreto de unos 50 metros de largo y 5 m de profundidad, que están inconclusos. Por ahí circula parcialmente el agua del río.
Una cintas amarillas con letras negras de “peligro” -que en algún momento sirvieron de advertencia a los trabajadores para que no cayeran a los canales- están rotas y se enredan
en el suelo con cables sueltos que dotaban de energía a las maquinarias.
Este Diario visitó el martes pasado (19 de enero) el lugar. En la parte alta de los canales de concreto, unas 10 varillas de acero sobresalen y están oxidadas.
El Proyecto Hidroeléctrico Quijos, que demandará de USD 138 millones, fue adjudicado a la firma China National Electric Engineering Company (Cneec), la cual comenzó la construcción en enero del 2012. Este proyecto aprovecha los caudales de los ríos Quijos y Papallacta, mediante dos túneles de unos 3 kilómetros.
El agua de ambos ríos se une en una ‘Y’ subterránea, para trasladarse por un túnel principal de 3,5 kilómetros. Al final, aprovecha una caída de 136 metros para mover tres turbinas con una potencia total de 50 megavatios (MW).
Pero a pesar de ser una central relativamente pequeña, por su potencia y dimensión, en tres años solo avanzó 46%.
Los constantes incumplimientos de normas técnicas, de calidad y de ingeniería en la ejecución de la obra llevó a que la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) de por terminado el contrato de manera unilateral con la firma Cneec, el 10 de diciembre del 2015, explica el jefe de la Obra Civil de este proyecto hidroeléctrico, Manuel Andrade, también funcionario de la Celec.
La utilización de métodos descontinuados de excavación, la falta de una maquinaria de perforación tipo jumbo ofrecida por la contratista, el escaso personal y la poca experiencia han dado como resultado que Cneec haya perforado solo 4 600 metros en la obra, de los 10 000 que ya debía tener en diciembre, cuando
salió, explica Andrade.
“Avanzaban de 60 a 70 metros semanales. Con ese rendimiento se habría demorado dos años más en terminar la central”, dijo el funcionario, quien añade que la contratista ya dejó de trabajar en varios frentes, incluso en junio del 2015, seis meses antes de que sea declarada incumplida.
Esto sucedió porque no quisieron firmar un contrato complementario, pues el primer plazo de la obra se venció en marzo del año pasado. “Nos dijeron que podían continuar con las obras exteriores y que les ayudemos a conseguir un subcontratista que haga las obras subterráneas. Pero ya no quisieron continuar, no se sintieron capaces”, dijo Andrade.
El funcionario argumenta que están en proceso de cobro USD 25 millones, por garantías a la compañía china. “No hay nada de avance en el proyecto. Está parado. (…) Cualquiera puede meterse. Hasta la guardianía quitaron. Están varios frentes abandonados”. La Celec está en proceso de volver a poner cuidadores, lo cual todavía no sucede.
De hecho, este Diario pudo acceder al túnel de Ventana 1, que luce inundado y funciona como bodega para guardar maquinaria, acero para cerchas, baterías, agua con combustible y chatarra.
Tampoco hay vigilancia ni personal en los túneles de las ventanas 3, 4 y 5. El campamento de la Ventana 2 está abandonado, sin cerraduras en las puertas de madera.
En el frente Casa de Máquinas, seis personas de la empresa china cuidan unas cinco volquetas y otras maquinarias que reciben mantenimiento.
Ha sonado el nombre de la firma china Sinohydro para hacerse cargo del proyecto, pero aún no se ha concretado el traspaso, comenta Andrade.
El gerente del proyecto Quijos de Cneec, Tan Faming, desde sus oficinas en Baeza, dijo a este Diario que la empresa china dará una entrevista la próxima semana, para contar su versión sobre su salida esta obra y de la central Mazar-Dudas, donde también fue declarada incumplida.
Uno de los campamentos de Cneec en Mazar-Dudas que este Diario visitó en la parroquia de Taday, en Azogues, lucía ayer (20 de enero) desolado. No hay trabajadores ni guardias y los moradores confirmaron que los trabajos están parados.