Preocupación por la tierra
El próximo diciembre se realizará en Copenhague la Cumbre de la Tierra, para analizar las repercusiones del cambio climático en el planeta, técnicamente a causa de las emisiones de gas de efecto invernadero, entre otros aspectos.
La propuesta de los científicos para ser debatida incluye la movilización humana de 200 millones de personas junto con sus efectos geopolíticos.
En el caso de Ecuador, si enfrentamos la desastrosa política estatal respecto a migración, que se constata en los artículos 40, 41 y 42 de la Constitución, anunciamos un devastador desastre social, político, geográfico y con impredecibles incidencias ambientales y ecológicas en Ecuador y Galápagos.
Según registros de la Policía sobre el ingreso promedio por las fronteras, se proyecta el escenario de 3,5 millones de personas no nacidas en Ecuador llegadas en los últimos tres años, todas sin retorno.
Es evidente que al incremento de los indicadores de delincuencia, desempleo y pobreza habrá que sumar el impacto en el uso de agua, tierra productiva, uso de energía eléctrica, reutilización de basura, incidencia en los niveles de afectación ecológica y saturación de servicios básicos en Quito, Guayaquil y Cuenca, sin incluir las ciudades fronterizas.
Colombianos, peruanos, cubanos, chinos e indios podrían representar el 35% de la población de Ecuador para 2030.
La política de fronteras que diseñó el Gobierno es un fracaso social, económico y ecológico.
Cabe un análisis de politólogos, economistas, ambientalistas y ciudadanos comunes del Ecuador sobre el tema migratorio.
Kléber Mantilla