Redacción Política
Era la mañana del 9 de enero de 1980. Los estudiantes del Colegio Mejía salieron a protestar porque había subido el precio del litro de leche en unos 20 centavos. El valor puede ahora parecer irrisorio, pero afectaba a la economía popular.
Cuando vi que los alumnos permanecían en la calle, yo avancé hasta los graderíos del colegio para meditar con ellos el alcance de las protestas. Les expliqué que estas no podían ser anárquicas y que lo mejor era que retornaran a las aulas y que cuando termine la jornada de clases tendrían el permiso para salir otra vez.
¿Por qué está aquí?
Su experiencia. Edwin Guerrero Blum fue rector del Colegio Mejía entre octubre de 1979 y enero de 1980. Es militante del MPD.
Su punto de vista. La muerte de un estudiante, en las manifestaciones del 9 de enero de ese año, desató una crisis política en el gobierno de Jaime Roldós. La prensa logró esclarecer que el tiro provino de un uniformado.Pero mi pedido se cumplió de manera parcial. Los estudiantes de sexto curso decidieron irse a protestar a la parte alta de un muro del Edificio Sur del plantel, donde un estudiante cayó muerto por el disparo de uno de los policías que replegaban a los manifestantes.
Ese muchacho era Patricio Herrmann. Cayó a las 09:00. Había policías por todo lado, la represión fue brutal, a pesar de que, si mal no recuerdo, era el primer día de protestas. Claro que el descontento popular ya se había sentido con anterioridad, pero me parece que las manifestaciones, como tales, se iniciaron ese día.
Yo me enteré del suceso cuando ya había subido a mi despacho, en el Rectorado, después de que logramos que los alumnos ingresaran al plantel con el apoyo de los inspectores.
Hasta ese momento, creía que todo estaba bajo control. En el Edificio Sur estudiaban los muchachos de primero y segundo curso, pero Herrmann era de sexto y se había apostado en ese lugar para gritar a los policías. El disparo que lo mató fue en el pecho.
Apenas cayó abatido, lo llevamos al dispensario médico del Colegio para atenderlo. Sin embargo, no había mucho que hacer: Patricio estaba muerto. No nos quedó más que buscar un médico legista y empezar a velarlo en el salón de actos del plantel. Patricio estudiaba en el Colegio Militar, pero se cambió al Mejía en el último año de bachillerato. En realidad lo conocíamos muy poco.
Fui yo quien se comunicó con sus padres para contarles esta tragedia. El conocido comerciante Rubén Herrmann y la señora Yolanda Granja llegaron de inmediato. La señora madre estaba deshecha.
En medio de ese trajín y con el pasar de la tarde, se difundió la versión de que el disparo provino del interior del colegio. El ministro de Gobierno de entonces, Roberto Dunn Barreiro, dijo, en horas de la noche, que yo, como militante del MPD, había dirigido la protesta confirmando la versión de que los tiros salieron de nuestro lado.
Casi al mismo tiempo llegaron a mi despacho dos jóvenes estudiantes de la entonces Escuela de Información de la Universidad Central. Si no me falla la memoria, uno de ellos era Francisco Herrera Arauz. Acudieron a mi oficina para indicarme que tenían la filmación donde se identificaba al autor del disparo.
Estos jóvenes no trabajaban para ningún medio. Hacían algunos registros visuales para el Banco Central.
Dos profesores de entonces, Humberto Rodríguez y Jorge Moreno, acompañaron a estos chicos al Canal 8 para entregar la filmación. Benjamín Ortiz era el jefe de Noticias de esa estación. Al ver el material, Ortiz interrumpió, de inmediato, la programación de las 10 de la noche para poner al aire el video.
Allí se comprobó claramente que el oficial Washington Carrillo pidió un arma a un subalterno y apuntó hacia Patricio. Lo bajó de un solo tiro a quemarropa.
Camilo Mena estuvo en el Palacio de Gobierno, junto al presidente Jaime Roldós, su esposa Marta Bucaram y el ministro Dunn Barreiro, cuando se difundió el video. Él me comentó que el Presidente se transformó ante el desmentido que esas imágenes significaban para la versión oficial. Roldós estaba descontrolado y fue su esposa quien exigió a Dunn Barreiro salir a reconocer que el disparo de la Policía mató a Patricio.
Para esa hora yo fui apresado por orden del Ministerio de Gobierno. Circulaba la disposición de que si yo no renunciaba al Rectorado, la Policía iba a entrar, a sangre y fuego, al plantel que estaba tomado por los estudiantes. La decisión de dimitir la tomé de inmediato porque era una mínima señal de desprendimiento.
Gracias a la acción de estos jóvenes periodistas y a la seriedad de Benjamín Ortiz y Canal 8 se conoció la verdad: que yo y el colegio éramos inocentes. En cierta forma ese video trajo tranquilidad y disipó una duda que pudo haber permanecido por muchos años.
El Gobierno respeta la libertad de prensa y todas las demás libertades…
Jaime Roldós Aguilera, ex presidente de la República
Durante su administración (1979-1981), el presidente Roldós se manifestó respetuoso de la libertad de prensa “y todas las demás libertades”.
Así marcó una notable diferencia con la actitud intolerante de la dictadura militar. Cuando las imágenes de un noticiero de TV mostraron que la Policía estuvo involucrada en la represión y muerte de dos estudiantes secundarios, se desencadenó la salida del ministro de Gobierno, Roberto Dunn.
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