Redacción Guayaquil
Cuando Alfonso Espinosa de los Monteros, periodista de Ecuavisa, recibió el premio ITV, la noche del lunes, fue muy medido en sus palabras. El experimentado conductor alcanzó el primer premio en la categoría Mejor presentador de noticias.
Una ‘campaña’ casi electoral
Los amigos de la presentadora Marián Sabaté organizaron una caravana, a pocos días del cierre de las votaciones, para pedir a los televidentes que voten por la presentadora.
En programas deportivos, de farándula o familiares, los presentadores pedían a los televidentes que voten por tal o cual nominado. En radio ocurría lo mismo.
Uno que otro nominado o nominada aprovechaba su paso por un centro comercial o espectáculo nocturno para pedir votos.
Diseñadores de moda, estilistas y maquilladores son otros de los protagonistas en esta premiación.
Ellos ven en este acto una de las principales vitrinas, ante los medios de comunicación, para mostrar sus creaciones.Con su reconocimiento en mano, Espinosa de los Monteros destacó el aporte del Instituto Superior de Estudios de Televisión en la formación de profesionales para ese medio. Y que el premio es especial porque proviene de la opinión de los televidentes.
Tras estas palabras se retiró del podio y, poco tiempo después, del auditorio del Teatro Centro de Arte. Teresa Arboleda, compañera de Ecuavisa y ganadora de otro reconocimiento, hizo lo mismo.
Atrás quedaron los momentos de ajetreo, cuando ambos llegaron a la premiación y fueron recibidos en alfombra roja, al más puro estilo de Hollywood.
Luego, en el acceso principal del teatro, al igual que el resto de nominados, tuvieron el asedio de los periodistas de farándula de televisión y prensa. Presentadoras de televisión como Gabriela Pazmiño, Marián Sabaté o Mariela Viteri fueron encandiladas con las luces de las cámaras.
Igual ocurría con personajes como David Reinoso, Roberto Chávez o Francisco Pinoargote. Todos ellos mostraban sus mejores galas. Hay razón para ello: los premios ITV son el gran espacio en el cual los personajes de televisión concentran tanta atención por parte de los medios.
En este concurso, el sistema para declarar ganador a una persona o programa depende de los votos alcanzados a través de la página web del ITV. Son 26 categorías (20 van a televisión y 6 a radio).
Hay categorías como mejor presentador y presentadora de noticias, mejor programa de noticias, mejor reportero y reportera de noticias y mejor programa de investigación periodística. También mejor entrevistador de noticias, mejor programa de concursos, mejor animador…
En una primera fase, hay una preselección en cada categoría. Esto hace que en la lista inicial haya una gran cantidad de nombres. En una segunda fase, se da a conocer a los ‘seleccionados oficiales’. Es decir, a aquellos programas y personajes que han obtenido más votación en esta etapa.
En este momento, la lista en cada una de las categorías se reducen a cuatro o cinco nombres. De nuevo, en esta fase el número de votos, es el principal sustento.
Jorge Massucco, profesor de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, señala que es muy importante que haya en el país un reconocimiento a lo que se hace en televisión. Lo es, teniendo en cuenta la autoestima que genera en la gente y la creación de una identidad local y nacional en cuanto a producción televisiva.
“Es decir, se necesita algo que diga, en la televisión ecuatoriana, esto es lo mejor y estos son los mejores. Estos son nuestros talentos, nuestros genios. En fin, esto estamos produciendo en el país”.
Sobre los premios ITV, destaca que son importantes en la medida que ponen en escena una serie de nombres relacionados con la televisión. El problema es que, en su mayoría, son nombres ya conocidos. Muy poco se habla o se presenta a las futuras promesas. En todas estas ediciones (ya son 13), no ha pasado de ello.
Para Fernando Ortiz, profesor de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Cuenca, este tipo de premiación para los talentos de pantalla deben evolucionar conceptualmente.
Una evolución que apunte a premiar o a reconocer a los mejores contenidos, a los aportes innovadores para la televisión, a la construcción de una cultura mediática. Que reconozca y valore a las culturas que coexisten en el país, a la diversidad y no solo al entretenimiento por el entretenimiento.
Se debieran premiar a las iniciativas que rompan o intenten romper con el sistema mediático imperante, centralista y regionalista. Sin embargo, ese rasgo se refleja también en los premios.
“Es peligroso que este importante espacio –de no cambiar- caiga en el ostracismo. En una especie de círculo vicioso de premiar a lo mismo y a los mismos. El mérito de la entidad convocante es haber resistido en el tiempo. Lamentablemente dar ese siguiente paso, evolucionar hacia nuevos desafíos, no se siente.
Los organizadores del concurso destacan que se trata de un reconocimiento de la audiencia.