La segunda visita aQuito del secretario adjunto para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EE.UU., Arturo Valenzuela, puede ser leída desde varios enfoques. Por un lado, los empresarios consideran que este tipo de hechos permite profundizar las relaciones bilaterales. Pero para dos analistas solamente demuestran la voluntad de Estados Unidos por mantener buenas relaciones con Ecuador y por concretar el diálogo con la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), liderado por el presidente Rafael Correa. Las relaciones entre EE.UU. y Ecuador han pasado por altibajos en los últimos tres años. El más duro fue la expulsión, en el 2008, de un funcionario de la Embajada y, el más alto, la reunión entre Correa y la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton. Cancillería dice avanzar en la profundización de relaciones. En ese sentido, el delegado del Gobierno de EE.UU. para el cambio climático, Todd Stern, reconoció que con Quito se vive una mejor relación. Sin embargo, para el internacionalista Michel Levi, aunque se trata de un momento importante de las relaciones, “no estamos en el mejor momento; tenemos buenas relaciones y eso es evidente”. Levi cree que la situación de amistad es un tema de doble vía. No solo desde Washington, también desde Quito. “Es la segunda visita de Valenzuela en menos de seis meses. Es claro el interés de EE.UU. en tener una buena relación con Ecuador y viceversa”, manifestó .En junio también estuvo en Quito, pero en el marco de la visita de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, por la región. La primera visita fue en abril. Valenzuela se reunió con el canciller Ricardo Patiño y con el Presidente. Allí se establecieron mecanismos de apoyo bilateral, en materia comercial, seguridad, migración. Además, se preparó la visita de Clinton. Para la analista de temas internacionales, Grace Jaramillo, tres visitas en menos de dos meses, no necesariamente son un indicador de una relación más estrecha. A su juicio, la visita del jueves responde al interés del gobierno de Barack Obama de reunirse con la Unasur, y de la cual Ecuador tendrá la Presidencia Pro Témpore hasta agosto. Jaramillo insiste en que el objetivo de la visita era recibir una respuesta de Correa sobre la cita con el Mandatario de EE.UU. A esta académica le sorprende el hecho de que aún la Unasur no defina la fecha de la posible reunión. Levi no concuerda con ello. A su criterio, la intención de Estados Unidos es reforzar los lazos bilaterales, más allá de Unasur. Sin embargo, a más de los vínculos o motivaciones políticas, hay un tema que puede salir beneficiado por las buenas relaciones: el apoyo económico. Bernardo Traversari, director de la Cámara Ecuatoriano-Americana, recalcó que los encuentros de este tipo demuestran la cercanía que existe. Además, señaló que favorecen el intercambio comercial y permite a Quito negociar temas de su interés, como la renovación de las preferencias arancelarias (Atpdea por sus siglas en inglés). Y a Washington, dialogar sobre flujos migratorios y sobre la seguridad y el combate al narcotráfico, temas considerados vitales para su agenda. Para Levi es positivo que Stern también haya venido al país para conocer una de las propuestas ecuatorianas de mayor difusión ambiental como la Iniciativa Yasuní ITT. En la reunión del jueves se establecieron mecanismos de apoyo para solventar los efectos de las emisiones de gas.