La primera ministra británica, Theresa May, continuó el 14 de julio con la formación de su Gobierno y nombró a dos mujeres para las carteras de Justicia y Educación, después de designar a los responsables de los ministerios más importantes al asumir ayer el poder.
En una jornada de intensa actividad en la residencia oficial de Downing Street, May nombró a Liz Truss, hasta ahora responsable de Medio Ambiente, como ministra de Justicia, mientras que Justine Greening ha pasado de Cooperación Internacional a Educación.
También, May promocionó al hasta ahora ministro de Transporte, Patrick McLoughlin, al darle la Presidencia del Partido Conservador.
Además, mantuvo en su cargo al titular de Sanidad, Jeremy Hunt, un ministerio delicado actualmente por las difíciles negociaciones sobre el nuevo contrato para los médicos residentes.
La sorpresa es que May ha decidido no mantener en su Gobierno a figuras claves del anterior de David Cameron, entre ellos George Osborne (Economía), partidario de la continuidad británica en la Unión Europea (UE), y Michael Gove (Justicia), que hizo campaña a favor del “brexit” (la salida del Reino Unido del bloque común).
También han quedado fuera Nicky Morgan, hasta ahora en Educación, John Whittingdal (Cultura) y Theresa Villiers, que era responsable del Ministerio para Irlanda del Norte.
Quedan por designar ministerios como Cultura, Energía, Medio Ambiente, Transporte, Cooperación Internacional e Irlanda del Norte, así como numerosos puestos de menor rango.
Al asumir, el 13 de julio, el poder tras recibir el encargo de la reina Isabel II de formar Gobierno, May nombró a Philip Hammond al frente de Economía y a Boris Johnson en Asuntos Exteriores, mientras que creó el puesto de ministro para la salida de la Unión Europea (UE), que ha recaído en el diputado conservador David Davis.
Interior, la cartera que la propia May dejó vacante, fue para Amber Russ, y Michael Fallon conservó el Ministerio de Defensa.
Davis tendrá que negociar la salida del Reino Unido de la UE tras el voto favorable en el referéndum del pasado 23 de junio, que forzó la dimisión de Cameron.