Daniel Solórzano fue jefe de Redacción de El Telégrafo hasta el lunes pasado. El periodista dijo que fue despedido de su cargo por publicar una reacción de Jaime Nebot sobre el informe de la Comisión de la Verdad.
Recordó que, la noche del lunes, el actual director del diario en manos del Estado, Máximo García, le comunicó que ya no podían seguir contando con sus servicios. “Me explicó que de arriba le dijeron que no estaban de acuerdo en que yo haya publicado una reacción de Nebot”.
fakeFCKRemovePese a que García confirmó la salida del comunicador de este medio público, él insistió en que no se pronunciaría sobre el tema, ya que se trató de una decisión empresarial, como ocurre en otros medios. De esta forma, evitó dar una versión sobre la salida del personal del diario.
Solórzano considera que esa publicación tenía validez periodística, ya que era la reacción de uno de los involucrados. La nota en mención salió publicada en la página 10 de El Telégrafo y con un relance en la portada de la edición del jueves 10 de junio pasado. ‘Jaime Nebot negó haber participado en actos de tortura hace 20 años’, fue el título en portada. Y en la página interior era una nota a dos columnas, con una foto de archivo donde aparecen Nebot y el ex presidente León Febres-Cordero.
Héctor Cisneros, miembro del Directorio de El Telégrafo, se enteró extraoficialmente del despido del Jefe de Redacción. “Entiendo que nos han de avisar en la reunión de mañana (hoy). No sé nada. Eso de lo ‘de arriba’ nosotros tampoco sabemos cómo interpretarlo”, añadió.
Solórzano dijo que desconoce de quién vino la orden para su salida. “Nunca se hacía consulta porque se entendía que era un periódico con absoluta libertad para publicar los contenidos que los periodistas consideren que es noticioso”. Él trabajó dos años cuatro meses en El Telégrafo, antes estuvo 13 años en medios privados, como diario Expreso y revista Vanguardia.
Según el periodista, lo que ocurrió no fue censura, ya que la nota se publicó, “es una retaliación, es un poco de intolerancia”.
“Creo que los que quedan van a seguir manteniendo el producto, hasta que los de arriba decidan qué hacer, porque al final eso es lo que está ocurriendo. Se publica un periódico a gusto de una persona que ni siquiera está en la Redacción”, dijo.
Desde marzo pasado las dos cabezas de la parte de contenido del diario y cuatro jefes de sección y de la Redacción han salido por despidos o renuncias a sus cargos. A eso se suma la renuncia de 21 articulistas de opinión. Esto ocurrió a raíz de la remoción del director Rubén Montoya. El funcionario se había mostrado crítico con el proyecto de un diario de corte popular, que se montaría con los recursos de El Telégrafo. Los articulistas consideraron que había una clara injerencia gubernamental.
Desde el sábado 1 de mayo pasado, El Telégrafo volvió a publicar en su portada el eslogan ‘Decano de la prensa nacional, y desapareció ‘El primer diario público’, que tenía desde el 2008.