Javier Orti (c), director de Pichincha, preside una reunión sobre un plan de propuestas que presentaron a González. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
‘Somos un partido que trabaja calladito, pero damos resultados”. Así define Ramiro González a Avanza, una de las nuevas organizaciones políticas, que con tres años de vida se ha hecho con 40 alcaldías y cinco legisladores.
En 2014 se instaló como la segunda fuerza política. Pero ahora ¿hacia dónde apunta? El año electoral acaba de empezar, y el calendario apremia. Avanza arranca presentando más respaldos a su agrupación.
El miércoles 2 de marzo, los directivos del partido acudirán al Consejo Nacional Electoral para entregar 70 000 afiliaciones, que se suman a los 340 000 que ostentan, según cálculos del propio González.
Esa es la evidencia de que su paso por el Gobierno (Ministerio de la Producción e IESS) no le ha restado capital político ni a él ni a su partido, de acuerdo con varios de sus dirigentes.
Francisco Rocha, analista político, concuerda con esa lectura: fue desde ahí donde arrancó la organización. Opina que se convirtió en una opción para los que ya no se sentían representados por el oficialismo.
Además, el analista considera que ahora tienen una gran ventaja: una estructura, un líder y algunos representantes en la esfera política. Y precisamente a eso se han dedicado este último año, a fortalecerse.
Cuentan con sedes en las 24 provincias y en 211 cantones. E invierten la mayoría de los fondos que les otorga el CNE en capacitación y formación.
Ahora se encuentran en el proceso de renovación de directivas. En este mes elegirán a sus nuevos dirigentes parroquiales, en marzo los provinciales y en abril los nacionales.
Según Javier Orti, dirigente de Pichincha, es necesario refrescar todas las instancias, por un tema de democracia y liderazgo. Y subraya que las decisiones locales se respetan, porque el partido funciona de abajo hacia arriba. Para González, esa es la clave de su éxito, no tomar las decisiones desde Quito e imponerlas a las bases.
Sobre la elección del nuevo presidente nacional, pese a que en los últimos días se ha hablado de una división interna al respecto, dirigentes coinciden en que al momento no hay otro candidato y que su respaldo seguirá con González. Son tajantes e insistentes en dejar claro este concepto.
Según los estatutos del partido, las autoridades que conforman el Comité Ejecutivo Nacional, que no son de elección popular, entre ellos el presidente, pueden ser reelegidos por una vez consecutiva, y su período será de dos años.
El partido fue fundado el 2 de agosto de 2010, sin González en el acta. Pero, la personería jurídica, luego de cumplir con requisitos legales, le fue asignada el 9 de octubre de 2012 y ganó las primeras elecciones internas para presidente.
Ante la opción de que se convierta en un caudillo, Rocha explica que la política ecuatoriana sigue funcionando con adherencias a personas no a proyectos políticos.
Henry Laverde, dirigente de Guayas, recalca que sí hay otras personas que tienen las posibilidades y la capacidad para ocupar el mando. Y, aunque señala que el respaldo a la figura de González es total, eso tiene que definirse en la convención nacional, con los votos de los delegados.
Sin embargo, al interior se admite que hay distintas corrientes de pensamiento y que podría haber quienes prefieran otra opción, aunque sería un grupo mínimo. Byron Pacheco, uno de sus asambleístas, explica que las verdaderas diferencias no están en el ámbito de representación interna, sino en qué posiciones tomar en la política nacional.
Es ahí donde han recibido críticas desde la oposición y el oficialismo. En Creo ven como oportunismo la salida de Avanza del Gobierno y su acercamiento al frente del PSC, SUMA y Podemos, por lo que se niegan a compartir una mesa con el partido que también acudió a la fallida reunión con Pachakutik.
Desde A. País lo ven como una vergüenza. El 20 de enero, el presidente Rafael Correa afirmó que esa alianza deja “ver quién es quién”, por siete años González estuvo “aprovechándose del Gobierno” y ahora se une a la oposición.
Según el líder de Avanza, nunca hubo una buena relación con el oficialismo; el nexo era con el Mandatario.
Para Orti, esa salida fue conveniente. González se puede dedicar a la agrupación. Organizan tres grandes eventos para los próximos meses, uno para jóvenes, para mujeres y uno internacional de la social democracia. Y anunciarán una alianza con un grupo indígena.
En el panorama electoral es temprano para saber si contarán con candidato presidencial. Pero que González lo haga no se ha descartado. El objetivo de toda agrupación es hacerse con el poder, agrega; por lo que “si no se logra un acuerdo (nacional), el partido debe tener un candidato”.
En este aspecto, consultados coinciden en que lo primero, de frente a la crisis económica, es el diálogo interpartidista y que sus puertas están abiertas por un consenso nacional.
Rocha define el capital político de Avanza como “buena minoría”. Aclara que para ganar se necesita mayoría. “Ningún grupo político podrá actuar solo”. Dice que habrá que ver si la base electoral no respondía al ejercicio del poder que tenía González.
En contexto
El calendario electoral empezó a correr, y las organizaciones políticas tienen ocho meses hasta que inicie el período de inscripción de candidaturas. Avanza planea esperar máximo hasta agosto, en busca del tan discutido frente de unidad nacional.