La catedrática Olga Cavalucci considera que “en una crisis hay que razonar como país y apoyar al Gobierno, así fuese uno que no sea del agrado de uno”. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
La catedrática y experta en negociación, Olga Cavalucci, habla sobre la situación política del Ecuador y la crisis generada por la emergencia sanitaria del covid–19.
Osvaldo Hurtado dijo que no debería haber oposición. ¿Ecuador está preparado para un acuerdo mínimo por el covid-19?
Una cosa es lo deseable. Lo que es totalmente intuitivo, lógico, de sentido común es lo que dijo el expresidente Hurtado. Luego está lo que uno confía en que suceda, pero no soy muy positiva en esta ocasión. En cuanto a la cultura política del Ecuador, siempre prima la estrategia del suma cero. En la vida real, si actúo egoístamente, mi mejor escenario no es necesariamente la colaboración, tal como indica el dilema del prisionero de la teoría de los juegos. No necesariamente, la colaboración es mi mejor conveniencia. Pero si actúo en perspectiva del grupo, allí mi mejor escenario es la colaboración.
Entonces, si yo quiero ganar las elecciones, mi mejor estrategia será egoísta y no cooperativa. Si yo, al contrario, pienso cómo debería ser, si yo realmente respeto la vocación de la política, como una actividad al servicio de la colectividad, entonces mi estrategia será cooperativa, así el resultado final no sea el deseable para mí. Entonces el problema es que aquí la política se va siempre al suma cero.
¿Cómo ha actuado la clase política en las más recientes crisis?
En el 2019 pasó en octubre, nos puede dar la clave de que no hay una unidad nacional. Lo que dice Osvaldo Hurtado es lo que apunta el sentido común. El problema es que la cultura política se ha desvirtuado, los políticos se han olvidado de la verdadera vocación política. Hoy, la política es beneficio de un grupo, de una persona. Por ejemplo, la actitud que hay en Guayaquil sobre el apoyo que deberían dar al Gobierno, dejando de lado particularismos, esos temas se deberían congelar. Este momento se trata del país, es la solidaridad, es el Ecuador; no es el Guayas ni Pichincha…
¿Cuánto complica estar en un año electoral?
Por supuesto complica, porque el suma cero está en el cerebro de los políticos. El mensaje subliminal que están mandando es: suma cero, suma cero, para que tú ganes el otro tiene que perder, gana puntos, todo te puede dar una ventaja. Mecánicamente todo esto conjura a que en la realidad no se plasme la unidad, que sería lo lógico, pero vemos que aún seguimos con la lógica de los particularismos de Guayas por un lado, Pichincha por otro, y así no vamos a salir de la crisis. Hay que razonar como país y apoyar al Gobierno, así fuese uno que no sea del agrado de uno.
¿Cuál debería ser la estrategia del Gobierno?
La estrategia del prisionero destruye la idea fundamental de la economía clásica, tal y como la planteó Adam Smith, porque el egoísmo a la hora de la toma de decisiones conduce a una situación no óptima. Lo cooperativo es lo óptimo. Lo que debería hacer el Gobierno es seguir como lo ha hecho hasta ahora. Obviamente es un gran desafío, porque esta crisis nos agarra en momento tremendamente difícil, que arrastra consecuencias de hace un tiempo. Nos guste o no este Gobierno, es un momento de emergencia nacional y hay que apoyar al Gobierno.
Pero tampoco es que el Gobierno haya hecho bien las cosas en esta crisis…
Hay zonas de sombra, hay mucha información en la cual yo no me expongo a dar criterios. No entiendo cómo se acaba de concretar el tema de los insumos hospitalarios, mi esposo es médico y dice que la situación es crítica. No estamos claros de por qué no se hacen pruebas masivas, hay cosas que desconozco, pero el manejo formal está bien. Falta más concreción…
De aquí se viene una crisis de credibilidad del Gobierno. ¿Cuál es el siguiente escenario?
Ahora estamos con una gravísima crisis, de la que somos parte. Pero no nos olvidemos de que tenemos unos problemas que teníamos antes del virus. Ahora nos encontramos con un triple problema: el covid-19, la economía anclada al precio del petróleo y las elecciones, esto último porque los agentes políticos, ni cortos ni perezosos, aprovechan esta situación, y esa es la parte lamentable. Entonces, no veo esa unidad que debería haber.
El Gobierno ha tenido tres años de diálogo, pero ya nadie cree en eso…
Hay cosas sobre octubre que no se negociaron bien, mejor dicho no se negociaron, que es peor. ¿Qué debe hacer? Retomar las mesas de negociación, con todos los sectores y empezar a trabajar lo que no se hizo bien. La negociación no es una opción, es un camino obligado. Y si es así, por qué no aprender a hacerla como Dios manda. Sí existen reglas, sí hay una metodología: es una obligación negociar.
¿El Gobierno perdió la credibilidad de negociar?
Quebrantar la credibilidad es lo peor que se puede hacer en la mesa de negociación, porque la credibilidad mueve el mundo. Si lo has hecho, capaz que el otro nunca se vuelve a sentar contigo a negociar. Pero no le queda otra opción. No le queda otra que poco a poco reconstruir esa credibilidad que se ha resquebrajado. Si se lo hubiese hecho bien, antes de todo el despelote de octubre, nos hubiésemos evitado un montón de problemas.
Hoja de vida
Olga Cavalluci es licenciada en Ciencias Políticas, por la Università degli Studi di Roma, La Sapienza. Además, es especialista en Mercados de Carbono, por el Point Carbon Institute, de Zúrich; Diploma Superior y Magíster en Relaciones Internacionales, con mención en Negociaciones Internacionales y Manejo de Conflictos, Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, Quito (UASB-E).