El asambleísta Andrés Páez, de Izquierda Democrática, denuncia que desde el Gobierno de Rafael Correa se está profundizando un sistema autoritario.
HOJA DE VIDA
Andrés Páez
Su experiencia. Doctor en Jurisprudencia. Nació en Ibarra, provincia de Imbabura, hace 45 años. Es militante de Izquierda Democrática, partido que gobernó el país entre 1988 y 1992 con Rodrigo Borja. Es hincha “a muerte” del Deportivo Quito.
Su punto de vista. Rafael Correa tiene copado el poder mediático porque cuenta con cinco canales de TV y otros 14 medios de comunicación.
Cuando hay hegemonía de un producto mediático tan fuerte como Correa es difícil que emerja otra figura con esa fuerza, con esa incidencia en el escenario político mediático.
Trescientas figuras de Don Quijote, en diversos materiales, formas y tamaños, son parte de la colección del asambleísta Andrés Páez, de Izquierda Democrática, quien nos recibe en su oficina.
Porque la gran obra de Miguel de Cervantes muestra que el Quijote y Sancho son una sola persona. Toda la obra discurre en el diálogo entre el hombre real y el ideal, y ese es el diálogo que debemos sostener todos los días con nosotros mismos.
¿El presidente Rafael Correa es Quijote o Sancho?
Ninguno de los dos. Rafael Correa no representa ninguna de las dos manifestaciones. No puedo pensar en un hombre ideal que descalifique a sus adversarios y no puedo pensar en un hombre real que no aproveche la gran oportunidad que electoralmente el país le ha dado.
Pero el Presidente dice que sí está haciendo los cambios que el país necesita…
Lo que ha hecho es mejorar las condiciones de vida de un grupo, de una élite gobernante. Algunos chiros de ayer ahora tienen mansiones en Samborondón. Yo no creo que eso sea cambio.
Pero la oposición perdió la consulta del pasado 7 de mayo. Y de esa forma perdió la oportunidad de plantear un cambio a su manera…
La oposición hizo un buen intento en medio de un fraccionamiento que es evidente y un fraccionamiento que persiste porque todavía algunos sectores de la oposición no han entendido el deber de la unidad.
¿Y por qué esos sectores no entienden la urgencia de cumplir ese deber?
Porque todavía no han llegado a comprender el fondo de Rafael Correa…
¿El fondo de Correa?
Correa representa al autoritarismo fascista más rampante de la región. Mientras en el Ecuador no se entiendan las dimensiones del fascismo, no veo una real opción de que la gente advierta el peligro que representa Correa.
¿Peligro para quién?
Para los ecuatorianos, para el país. Cuando la gente se dé cuenta que esto es el fascismo ahí va a decir “unámonos a cualquier precio”, pero quizás sea tarde.
¿Cómo define fascismo?
Fascismo es autoritarismo, consolidación de todos los poderes en una sola persona, elimina-ción sistemática de la división de poderes y montaje de una simulación de democracia e institucionalidad.
¿Por qué“montaje”, si Correa es producto de una elección democrática?
Porque es una simulación de instituciones que constan en la Constitución, pero que no sirven para nada porque todas estánsubordinadas y sometidas a Correa. Tome en cuenta que el uso de la violencia como instrumento de Gobierno no solo ha sido lo de Dayuma, no solo dinamitar la maquinaria minera en Esmeraldas, sino la violencia política sistemática…
¿Como la violencia verbal?
Como la violencia verbal de todos los sábados, la descalificación de los adversarios, el objetivo de anular a la oposición…
¿Con qué mecanismos?
Con el más importante para el fascismo: el control de los medios de comunicación, la implantación de la verdad única, la imposición del pensamiento de Correa y sus designios para que sean repetidos como un catecismo.
¿Esos serán los objetivos de la Ley de Comunicación y del Consejo de Regulación?
El objetivo es eliminar a los medios de comunicación a través de una serie de mecanismos.
¿Cómo cuáles?
Uno, ahogarlos financieramente. Dos, poner reglas para controlar sus contenidos. Si eso no es fascismo, entonces, ¿qué es? Todo esto nos conduce irremediablemente a determinar que el Ecuador está en un despeñadero que nos conduce al fascismo.
Pero hay sectores cercanos a ustedes, como el general Paco Moncayo, que más bien guardan prudencia frente al Gobierno…
A mí no me sorprende eso, porque Paco Moncayo con sus votos ha ayudado a que muchas leyes del correísmo se aprueben.
Paco Moncayo era de Izquierda Democrática…
Fue cercano a la Izquierda Democrática. Estuvo 12 años ligado a la ID y luego buscó una opción electoral distinta.
¿Moncayo no es oposición?
El país tiene que hacer distinciones. Yo no digo que la oposición debe ser incivilizada ni que la oposición deba ser un cuartel de puertas cerradas, pero una oposición que no entiende que todas estas leyes aprobadas por el correísmo son parte de este engranaje para conducirnos al fascismo. Votar por esas leyes es, por lo menos, ingenua.
¿Y los ciudadanos que sí creen en Rafael Correa?
¿Qué ciudadanos? Esta es una revolución sin ciudadanos, es una revolución con un caudillo autoritario y con un gran despliegue de mercadeo político. Otros ciudadanos han conservado la apatía, lamentablemente.
¿Aunque el 7 de mayo ya hubo un considerable voto por el No?
Eso es esperanzador. La votación por el No refleja que hay un ciudadano que comienza a despertar y estoy seguro de que ese ciudadano va a despertar el momento en que se combinen finalmente algunos factores que ya empiezan a aparecer.
¿Como cuáles?
La pobreza, el desempleo, una inseguridad sin precedentes y un irrespeto a sus derechos fundamentales.
¿Qué tipo de derechos?
Por ejemplo, que la gente pueda mirar sus canales de televisión preferidos, leer su periódico favorito, el de toda su vida, o escuchar la radio que quiera y no la que le impongan. Eso es irrespetar derechos fundamentales.
¿La intención oficial es que el Ecuador solo cuente con medios de comunicación que le favorezcan?
Es muy clara la intención, pero cuando el ciudadano se dé cuenta y despierte, desgraciadamente ya no tendrá periódicos, radios ni canales en los cuales expresarse, pues, insisto, lo único que habrá será el fascismo.
¿El fascismo es corrupción también?
Hay una corrupción rampante. Gracias a Dios en estos días salió lo del Fiscal General con la denuncia de Montecristi. En cuatro años y medio, por primera vez… (Lo de los gastos en Montecristi) fue denuncia mía, pero aunque no haya sido mía hay un hito histórico: en el correísmo sí hay corrupción. Y ese proceso fiscal es positivo, una luz en la oscuridad.
Pero, ¿no dice usted que el Gobierno lo controla todo?
Por eso mismo digo lo que digo. Lo triste es que en un país democrático tengamos que reconocer que la impunidad es la regla y que es una excepción sancionar la corrupción.
Con el nuevo fiscal, ¿qué pasará con la justicia?
Cualquier fiscal que salga designado va a entrar muy debilitado y un fiscal debilitado solo puede formar parte de un espejismo institucional del Ecuador.
¿Un fiscal al servicio del poder político, dice usted?
Lo que pasa es que un autoritarismo fascista no puede sobrevivir con instituciones fuertes, por eso las debilita intencionalmente para que el caudillo siga sonriente en medio de todo eso.
Pero, ¿no le conviene al Gobierno tener un fiscal que muestre independencia?
A Correa le conviene un fiscal que no sea ni independiente ni fuerte, para que no juzgue todo lo que se ha cometido en su Gobierno. En la historia de los últimos años nunca el Ecuador ha vivido un abuso de poder de tantas proporciones como las que ha hecho el correísmo, un abuso de poder que cuando es ilimitado deriva necesariamente en corrupción.
Sin embargo, la gente vota por Rafael Correa…
La gente votó por un cambio, contra un sistema político caduco que daba estertores en el momento de la elección de Correa, pero cómo es posible que los miembros de ese viejo sistema caduco y agotado sean ahora los grandes líderes de la revolución.
¿Quiénes, por ejemplo?
Algunos. Por ejemplo, los que manejan la seguridad social y manejan los engranajes más importantes del Gobierno…
Algunos pertenecieron a Izquierda Democrática…
No solo a la ID sino al Partido Social Cristiano, Prian, Sociedad Patriótica… Ellos son ahora los ejes de la revolución y los mentores de esa propuesta que en su momento fue legítima, pero que ahora quienes la propusieron originalmente son perseguidos. Los gobiernos anteriores tuvieron mucho menos dinero y al parecer fueron mucho más eficientes en el gasto, porque no es solo cuánto tiene sino cómo gasta. Si en algo la historia le pasará la factura a Correa será en que la calidad del gasto público en su gobierno ha sido pésima.
¿Y los hospitales, las escuelas, las carreteras que está haciendo el Gobierno?
¿Hospitales? Algunos hospitales han mejorado, pero para grabar las propagandas con el Cholito y con Bonafont, si es que no le hicieron en un estudio de televisión… Pero de ahí, yo, que voy por el país, veo los centros de salud en una situación deprimente. Hay que ir al Pablo Arturo Suárez o al Eugenio Espejo en Quito y encima le dicen que los hospitales son una maravilla, una maravilla del mercadeo publicitario, porque no se olvide que la profundización y penetración del fascismo en gran medida dependen de la cantidad de propaganda…
¿Quiere decir que mucho de lo que los ciudadanos ven solo es publicidad?
Hay que leer el libro ‘Mi lucha’, de Adolfo Hitler, para entender la estrategia propagandística de este Gobierno…
Pero sí hay carreteras, sí hay escuelas…
Esa es la obligación elemental de cualquier gobernante y nada tenemos que agradecer.
Le dirán “cómplice de la prensa corrupta” por lo que afirma en esta entrevista…
Que me digan, si ese es el precio a pagar por defender las libertades. Ya lo insinuaron cuando fui el único que votó contra la ley antitabaco. Y no lo hice por fumador, sino porque en leyes como esas se demuestra el afán de controlar las libertades.
¿Por qué no se va de la Asamblea ? ¿No es una incoherencia seguir en una institución que usted dice está controlada por el Gobierno?
Estoy ahí porque es una tribuna de expresión, porque con la Asamblea tengo inmunidad para investigar las fechorías de Montecristi, para que el país entienda que hay un proyecto fascista que se le quiere disfrazar como un proyecto socialista.