Marcela Aguiñaga dijo que, en Guayas, AP y sus aliados representan la mayor fuerza política. La asambleìsta se refirió así respecto a la Unidad que cuenta con el respaldo de Jaime Nebot. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
La segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional y directora de Alianza País (AP) en Guayas, Marcela Aguiñaga, pidió hoy 2 de julio del 2016 trabajar en conjunto con los grupos aliados al oficialismo que conforman el Frente Unidos para evitar que la “Unidad de la derecha” se tome la provincia.
En el marco de la convención provincial del Frente, en el centro sur de Guayaquil, Aguiñaga indicó que hay intentos desestabilizadores para confundir al electorado por parte de la Unidad, que en la ciudad tiene como mayor representante al Partido Social Cristiano (PSC).
“A pesar de que ahora tenemos algunos intentos desestabilizadores por aquellos que intentan confundirnos por esa llamada Unidad, quiero decirles que AP continúa representando a la provincia del Guayas, nuestro mayor peso electoral, y seguimos siendo la primera fuerza política en la provincia”, comentó.
En referencia a ello, la legisladora dijo que es necesario “un trabajo mancomunado” para mantener el liderazgo en Guayas. Para ello, se deben arreglar casa adentro las diferencias del Frente en cuanto a candidaturas.
“En nuestras filas no solo hay militantes, sino simpatizantes de otras agrupaciones afines al Gobierno (…) En las próximas elecciones no solo se va a ganar con los votos de AP, se va a ganar con los votos de nuestros aliados”, añadió.
Para Aguiñaga, a la Unidad se le “desvanecen esos acuerdos pegados con baba” y reiteró que la postulación de Cynthia Viteri a la Presidencia es el “mejor favor” que le hicieron al oficialismo.
La Vicepresidenta de la Asamblea advirtió a la militancia que el país no puede permitir que un gobierno de derecha tome el poder, pues significaría un retroceso.
“Claro que podemos regresar diez años atrás, miren lo que pasó en Argentina, Macri ganó por dos puntos en una sociedad hoy mismo polarizada. Y, efectivamente, los cambios sí pueden hacer regresar y, como ya está pasando allí, a más de un millón de personas o más a la pobreza nuevamente. Eso es lo que debemos impedir en el caso del Ecuador”.