Lenín Moreno y presidentes de Costa Rica y Paraguay reclaman solución 'entre todos' a la crisis venezolana

El presidente Lenín Moreno se habló sobre los efectos de la crisis de Venezuela en los países de la región, este martes 22 de enero del 2019, en un conversatorio con otros mandatarios en el Foro Económico Mundial en Davos. Foto: Cortesía Secom

Durante un panel con los presidentes de Costa Rica y Paraguay, en Davos (Suiza), el presidente Lenín Moreno se refirió a la situación en Venezuela. El Mandatario aseguró que es indispensable retomar el diálogo entre el oficialismo y la oposición de ese país para enfrentar la crisis interna.
Añadió que el mayor indicador de la gravedad de la situación en esa nación es el éxodo de ciudadanos venezolanos que no tiene precedentes, ni en magnitud ni en velocidad, en la historia reciente de América Latina.
“La solución es resolverlo entre todos. No creo en los intervencionismos militares, pero sí en aquellos intervencionismos en los cuales uno apela a que se respeten los derechos humanos de los ciudadanos, cosa que no está pasando en la hermana república de Venezuela”, mencionó.
Más de dos millones de ciudadanos venezolanos, según el Mandatario, han abandonado Venezuela después de la reelección como presidente de Nicolás Maduro en unos comicios que no han sido reconocidos por la comunidad internacional.
Desde hace unos meses, aproximadamente 6 000 ciudadanos venezolanos están ingresando en Ecuador cada día. "Así lo manifesté yo en Naciones Unidas y el Ministro de Comunicación de Venezuela me dijo que yo había mentido, que no eran 6 000 diarios, sino solo 5 500", agregó.
"A mí no me sorprendió, porque todos sabemos los problemas que tiene con las matemáticas el Ministro de Comunicación venezolano", apostilló Moreno entre las risas del auditorio.
Añadió que la migración de los ciudadanos venezolanos a Ecuador ejerce presiones significativas en la prestación de servicios, las instituciones, los mercados laborales y las dinámicas sociales de las áreas receptoras y pone a prueba la capacidad del Estado, que pese a sus restricciones fiscales está garantizando el acceso a la educación, salud y empleo.
También, el Mandatario, insistió en la necesidad de un diálogo político que permita a los venezolanos resolver democráticamente sus problemas y la crisis humanitaria. “Nosotros aspiramos que el Gobierno venezolano sea sensible, que la oposición también sea sensible y que acudan al diálogo”.
En el panel junto a los presidentes Carlos Alvarado (Costa Rica) y Mario Abdo (Paraguay), los Jefes de Estado analizaron la situación económica y política de América Latina tras los recientes procesos electorales y los desafíos económicos impuestos por la desaceleración del crecimiento económico, la fluctuación de las tasas de interés y de los precios de las materias primas.
Moreno aprovechó este foro para solicitar a las autoridades venezolanas que entreguen el pasado judicial de sus compatriotas a fin de frenar la circulación de ciudadanos con antecedentes, porque dijo tener evidencias que personas sospechosas estarían ingresando a los países vecinos, lo que ha agudizado las crisis de seguridad interna.
“Nos preocupa que estén ingresando hermanos venezolanos sin ningún tipo de documentación (…). Lastimosamente, pues hemos tenido que recibir hermanos venezolanos sin ese recurso. Tenemos una alerta de que muchas personas que se encontraban encarceladas podrían haber sido liberadas y colocadas en frontera”, indicó.
Su homólogo costarricense, Carlos Álvaro Quesada, definió el momento latinoamericano como "particularmente complejo", no solo por la crisis en Venezuela, sino también por la de Nicaragua.
"Me preocupa que queramos pensar como si las problemáticas fueran nada más nacionales y como si no fuera con nosotros lo que pasa", dijo. "No podemos ser indiferentes, no podemos no actuar empáticamente", afirmó y, rememorando el título de la famosa novela de Ernest Hemingway "Por quién doblan las campanas", comentó que las campanas no solo doblan por las víctimas de la crisis venezolana, sino también por todos los que las escuchan en el continente.
El de Venezuela "es un caso dramático", insistió el Mandatario costarricense, y "no puede ser visto como algo nada más que o de Venezuela o de Nicaragua", pues su impacto negativo en lo humanitario, lo económico y lo comercial afecta a toda la región.
"Pensar que se tiene que resolver en el ámbito nada más del país es soslayarlo, no querer ver que es un problema de todos como región", consideró.
"Por eso creo -concluyó Quesada- que las instituciones democráticas, en este caso la OEA (Organización de Estados Americanos), deben ayudarnos a buscar una salida".
Quien fue más lejos en sus comentarios sobre una hipotética salida al enfrentamiento político fue el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez,
Afirmó que su Gobierno reconocería al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, como presidente venezolano, si así lo decidiera ese órgano legislativo controlado por la oposición.
"Aquí está mi ministro de Relaciones Exteriores y por su mirada veo que quiere que (yo) sea diplomático, pero no lo voy a ser", comenzó diciendo el Presidente paraguayo, al ser preguntado durante el coloquio por esa eventualidad.
"Nosotros reconoceríamos al señor Guaidó como presidente, porque creo que tenemos que enviar un mensaje claro; que ese mensaje va a contribuir al equilibrio y que, a través de ese equilibrio, la consecuencia puede ser el gran diálogo", añadió Benítez.
"Todo lo que contribuya a la liberación de Venezuela va a tener el voto y el apoyo de la República del Paraguay", concluyó entre los aplausos del público.
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