En el Centro de Convenciones Eugenio Espejoserealizó un homenaje al exrector de la Universidad Andina. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
La mayoría acudió vestida de negro, como a todo acto solemne. Sin embargo, la diversidad de tendencias ideológicas mostró un abanico multicolor ocupando 800 sillas y cada espacio de los salones, en donde de pie, se mantuvieron decenas de asistentes.
No solo había socialistas en el homenaje de Enrique Ayala Mora, que dejó el rectorado de la Universidad Andina al que llegó primero como director en 1992.
La noche de este jueves 18 de febrero del 2016 estuvieron claro, sus compañeros del movimiento campesino como Luis Andrango, expresidente de la Fenocin. También asambleístas como Lourdes Tibán, de Pachakutik; así como dirigentes del extinto MPD, hoy Unidad Popular: Giovani Atarihuana y Natasha Rojas. También la líder de la Izquierda Democrática, Wilma Andrade. Ella compartió espacio con el exvicepresidente, Alberto Dahik, quien fuera el binomio de Sixto Durán Ballén. En la misma fila estuvo el exmandatario Guillermo Rodríguez Lara ‘Bombita’. Y muy cerca Rosalía Arteaga, presidenta del Ecuador por cinco días.
En el Centro de Convenciones Eugenio Espejo también estuvieron Frank Vargas Pazzos, recordado por el ‘Taurazo’, el secuestro del expresidente León Febres Cordero. Su vicepresidente, Blasco Peñaherrera, también estuvo en el homenaje. Así como exrectores como Alfonso Espinosa, quien dirigió la Politécnica. Y también otros académicos como Gustavo Vega, quien dirigió el desaparecido Conesup, ente a cargo de las instituciones de educación superior, hoy reemplazado por Senescyt. Además hubo artistas como Oswaldo Viteri.
Por su parte, Enrique Ayala Mora, de 65 años, expresó su gratitud por el reconocimiento y dijo que en estas palabras que les salen del alma renueva su compromiso con el país.
Recordó que desde que fue estudiante en Ibarra ha trabajado en la investigación de la historia del Ecuador y lo seguirá haciendo pues esto no es solo una preocupación científica sino un acto de consolidación de una vigorosa unidad nacional.
Habló de engrandecer la patria si todos, manteniendo sus múltiples diferencias, aceptan un compromiso de unidad y optimismo.
“El patriotismo es una necesidad de supervivencia para un Ecuador que sufre una profunda crisis y quienes la niegan deben ver que cada día más personas pierden el empleo y los jóvenes no pueden obtenerlo”.
Aseguró que por delante hay un gran compromiso nacional de enfrentar una situación critica poniendo adelante los seres humanos y los valores nacionales y la educación será una repuesta a largo plazo.