Fausto Trávez, Arzobispo de Quito. Foto: Paúl Rivas/El Comercio
Entrevista a Fausto Trávez, Arzobispo de Quito.
¿Por qué se enfatizó, en la conferencia de prensa en que se anunció la venida del Papa, en la unidad?
El Papa es un mensajero de paz, de armonía, de unidad. No fue un diagnóstico de lo que vive el país, sino de lo que es el Papa en sí. No solo el país, sino todo el mundo requiere armonía y comprensión. Al Papa lo conocemos: es especial; Dios lo ha suscitado para la reconciliación y habla siempre de una ayuda mutua. En un documento escribió sobre la institucionalización de la indiferencia. Por eso dice que los cristianos tenemos una teología del amor mutuo, de la caridad, del socorro que no practicamos. América Latina, que es la región más católica, pero hay tanta desigualdad, pobreza. No sabemos qué dirá en Ecuador, pero será necesariamente en base a los documentos que existen desde hace mucho.
¿Cómo mira las reacciones de la sociedad política ecuatoriana que pide que ayude a la reconciliación?
Es una oportunidad muy grande para los ecuatorianos, para que el mundo nos vea unidos, entusiastas, no solo bien cristianos, sino organizados. En todas las sociedades es imposible que haya una democracia si no hay desacuerdos. No sería democracia si usted piensa igual a mí, pero tenemos que respetarnos.
¿Usted cree que hay pasiones políticas irreconciliables en el país?
No hablo de eso porque está prohibido por el derecho canónico. Además no es mi carisma: el mío es de la conciliación. Solo digo que debe haber desacuerdos para que haya progreso. Si todos pensamos igual va a pasar como en muchas partes que no adelantan y se quedan en el tercer mundo. Pero sí reconozco la sociedad debe cuidarse de no ser un borreguito, sino que debe cuestionar una u otra cosa. Pero cuando venga el Papa no será el momento de demostrarle que estamos divididos. Por eso llamo a vivir en unidad, hacer una tregua de los desacuerdos y olvidarnos de todo lo que nos divide para demostrar todo lo que nos une: la espiritualidad, la ayuda mutua que siempre ha existido y el sentido de caridad.
La Iglesia tiene una mirada de la política y han sido muchas las veces que ha advertido a los políticos que hagan bien su trabajo…
La palabra política viene del griego polis (ciudad). Política es construir la ciudadanía, y para eso necesitamos de los desacuerdos. Necesitamos muchas ideas y para eso necesitamos los desacuerdos. Tenemos obligación de hacer política, pero no partidista, y la obligación comienza por la caridad que cada ciudadano tiene para dar.
La visita se prepara pastoralmente. ¿Cómo trabaja la Iglesia ecuatoriana para que el país sepa convivir con los desacuerdos porque parece que no entiende eso?
El desacuerdo no solo debe existir sino que hasta se debe propiciar. Pero ahora es el llamado de acuerdos, para que empecemos a demostrar que Ecuador es un país unido, que es maravilloso, que tiene todos los climas al alcance de todos. Además, debemos mostrar que es un país próspero, con sus carreteras, sus cultivos, sus industrias.
¿Le preocupa los usos políticos que se pueda dar a la vista del Papa?
Cualquiera que estuviera en esos puestos saca un provecho. Pero también la Iglesia va a sacar un provecho espiritual . No me preocupa porque si cumplen con su deber también subirá su estándar.
Mucho se criticó la visita del alcalde de Quito, Mauricio Rodas, a Roma…
Conversé con él antes de que se fuera. Iba a África a un encuentro, y como tenía escala en Roma, aprovechó para saludar al Santo Padre, como haría cualquier católico y le dieron una audiencia.
En la invitación del Presidente al Papa, se refiere al tema de la soberanía, la justicia, los derechos humanos y la democracia auténtica del país. ¿Era necesario decir esas cosas?
El papa Francisco sabe más de nosotros que nosotros mismos. Para nombrarme obispo en el Vaticano sabían todo de mí, incluso más que muchas personas que me conocen. El Papa sabe todo lo de Ecuador. Estuve 15 días con él en el Sínodo. Me acerqué a él unas tres veces y sabía cosas del país que ni siquiera yo estaba al tanto. Sabe donde hay persecución, donde hay injusticias, exceso de comodidad.
¿De qué hablará el Papa?
Los obispos nos preguntamos qué temas va tocar. Coincidimos los 40 obispos, en la reciente conferencia semestral, que terminó el viernes, que va a hablar de la familia. Donde no funcione bien la familia, hay serios riesgos. Hablará también de la vida consagrada y de la misericordia.
¿Es posible que hable de la situación del país?
Quién sabe. Es posible que hable hasta de temas candentes de la política y del modo de llevar un país. Siempre dará el mensaje. No hay que olvidar que es latinoamericano. Por eso, no da vueltas. Va directo al grano. Cuando le dije, durante el Sínodo, que por favor visite Ecuador, me miró. Me señaló con el dedo. Y me preguntó cómo me llevaba con el Gobierno. Le dije que bien. Entonces me respondió que lo iba a pensar. Pero el Santo Padre no viene a hacer polémica, sino que viene a dar un mensaje de paz y armonía. Es el pastor de un pueblo y quiere que todos los católicos nos abracemos.
Hoja de vida.
Es el actual arzobispo de Quito. Nació en 1941 en Toacazo (Latacunga). Su vida sacerdotal comenzó en la Orden de los Hermanos Menores (franciscanos). En Guápulo creó el Movimiento Juvenil Franciscano (Mojufra).
Su punto de vista.
La democracia y el progreso de los países necesita de desacuerdos. Sin embargo, durante la visita que el papa Francisco hará al país, es necesario dejar de lado esas diferencias y, como católicos, vivir la unidad, la paz y la armonía.