La Comisión de Soberanía de la Asamblea Nacional continuará esta semana el debate sobre la pertinencia de que Ecuador continúe con su acuerdo comercial con Irán, suscrito a inicios de año en Quito.
Ese convenio ha tomado mayor notoriedad en la última semana. La razón: una serie de denuncias sobre una posible triangulación de lavado de activos entre ambos países, como supuesto mecanismo para burlar las restricciones comerciales que la comunidad internacional impone a Teherán.
Estas advertencias han llegado de varios organismos internacionales como el GAFI, así como de países como Estados Unidos.
A este escenario se han sumado otros dardos disparados desde varios frentes internos, que procuran evitar o llamar la atención del riesgo de un acuerdo comercial de largo aliento con el país persa.
En este marco, el Gobierno ha optado por restar importancias a las alertas emitidas en los últimos cuatro años por la relación comercial con el gobierno de Mahmud Ahmadinejad. El presidente Rafael Correa ha optado por profundizar los lazos bilaterales. Incluso expresó su apoyo al plan de energía nuclear iraní con fines pacíficos. La última visita de alto nivel fue en mayo, cuando el vicepresidente iraní Ali Saeidlo llegó al país para invitar a Correa a la Cumbre de los No Alineados.
Desde el Banco Central
La primera alerta fue en 2008
El 6 de noviembre del 2008, la oficial de cumplimiento del Banco Central, Paulina Aráuz, envió un informe al entonces gerente encargado, Mauricio Martínez, alertando sobre los problemas que devendrían la suscripción de convenios o acuerdos con Irán.
La funcionaria detalla todas las sanciones que podría sufrir el país si se estableciera cualquier vínculo con el Banco Central de Irán o el Banco de Desarrollo de Exportaciones de Irán.
Entre las sanciones figuran multas de hasta USD 10 millones para empresas privadas. Y desde USD 10 000 hasta USD 5 millones para personas. Incluso se contempla prisión de 5 a 30 años.
Adicionalmente, se plantean sanciones como el bloqueo y confiscación de activos y fondos.
Por el 2008, el Central proponía crear una línea de crédito a través de bancos reembolsadores: el Emirates Bank, el KBC Bank de Bélgica, el BCP Geneva de Suiza y el Aresbank de España.
Cuatro años más tarde, el Central propone que se opere a través de Cofiec, para que realice sus actividades por medio de bancos no sancionados por la ONU.
Además, oferta la venta de Cofiec a varios bancos, entre ellos, el de Desarrollo iraní. Ese banco , según el informe de Aráuz, viola las reglamentaciones de la ONU.
Publicación Newsmax
El caso trasciende las fronteras
Un reporte de Newsmax, replicado por el Foro de las Américas, da cuenta de los posibles indicios de una posible triangulación de dinero entre Ecuador e Irán.
Según su informe, el presidente del Directorio del Banco Central, Pedro Delgado, y el presidente Ejecutivo de Cofiec, Gino Caicedo, viajaron a inicios de año a Irán. La publicación señala que allí se reunieron con el Banco Pasargad, supuestamente para delinear la estrategia. Esta sería que el Pasargad enviaría una solicitud a Cofiec para que le aperture y registre su nombre en una cuenta en un país tercero, en la moneda a usar.
Una vez que se ejecuten operaciones, Pasargad procederá a enviar o recibir fondos a través de la cuenta de Cofiec abierta en el banco tercero del exterior. Dado que la moneda en Ecuador es el dólar, Cofiec, en la práctica, puede proveer de estas divisas en Ecuador a Pasargad, según como este le instruya.
La investigación señala que “si a esto se suma la existencia del Sistema Único de Compensación Regional (Sucre), el resultado es claro: el banco iraní podrá usar este mecanismo para movilizar fondos libremente por A. Latina”.
La Embajada Iraní en Ecuador poseía una cuenta abierta en Cofiec por USD 1,9 millones, al 30 de diciembre del 2011.
Ministerio de la Producción
El acuerdo no fue autorizado
El 13 de junio de este año, el ministro Coordinador de la Producción, Santiago León, remite una carta al Director de Integración Regional de la Cancillería detallando sus “inquietudes” sobre el acuerdo firmado con Irán.
León hace hincapié en el sistema de pagos propuesto (a realizarse a través de Cofiec), el cual no ofrece la suficiente claridad sobre los medios que se utilizarán para realizar las operaciones comerciales, tomando en cuenta las sanciones que sufre Irán actualmente en el mundo.
La carta de León, además, resalta las anomalías en los procedimientos puertas adentro.
Según el Ministro, “se observa un desfase para la aprobación de este acuerdo, ya que si bien el Comexi, a través de la Resolución 416 encomienda a Cancillería las negociaciones con Irán, no se refiere a un acuerdo comercial sino a un memorando de entendimiento; herramientas que tienen un alcance diferente. Además, el Comex, conforme lo establece el Código de la Producción, aún no ha dado un dictamen favorable sobre el proceso. Por ello este acuerdo no debió haber sido enviado a la Corte Constitucional, sin previo conocimiento del citado cuerpo colegiado”. El acuerdo con Irán fue firmado por los mandatarios en enero de este año.
Comité Empresarial Ecuatoriano
Un mercado poco atractivo
Según el Comité Empresarial Ecuatoriano, Irán no es un mercado potencial favorable para el Ecuador. Su argumento se sustenta en las cifras del flujo comercial de este año: USD 1,2 millones de ventas a Irán y USD 332 000 de importaciones.
Para los empresarios, el acuerdo comercial con Irán acarrea tres problemas principales. Uno, el país persa tiene una de las economías más cerradas del mundo, con aranceles que van desde el 40% .
El acuerdo bilateral suscrito en enero plantea una reducción de aranceles al 4% para purés y pastas de frutas, concentrados de café, camarones y piñas. Y una disminución del arancel al 10% para rosas, atunes y otros frutos.
Dos, los costos de logística de enviar productos a Irán. Según cálculos de los empresarios, un embarque por mar tardaría cuatro meses, mientras que por avión la carga debería hacer 4 escalas.
Tres, los propios empresarios no querrían exportar su producción hacia ese país debido a las posibles sanciones a las que podrían someterse, por la falta de claridad en las transacciones financieras fijadas en el acuerdo. “El sistema de pagos que se propone no ofrece suficiente claridad. El propio Comex llama la atención sobre este particular”, dice el titular del Comité, Roberto Aspiazu.