Un intenso movimiento se evidenció en el interior del Centro para Adolescentes Infractores de Quito, Virgilio Guerrero, ubicado en el sector de El Inca, en el norte. La noche de este martes 23 de junio de 2015, más de una treintena de policías de la Unidad de Mantenimiento del Orden de la Policía, llegaron al sitio vestidos con el traje negro, rodilleras, coderas, cascos y escudos de plástico.
Ninguno de los agentes quiso informar sobre lo que sucedía en el interior, en donde habitan menores de edad en conflicto con la ley. Pero de forma extraoficial se conoció que se habría tratado de un intento de amotinamiento, que se inició a las 20:00. Aunque un vecino de ese sector, explicó que desde las 17:00 escuchó las primeras sirenas. “Esto se llenó de policías, algo que no es normal, pero no vimos a ningún joven salir de allí”, dijo el morador.
Cerca de las 21:30, el coronel Fausto Salinas, jefe del distrito Eugenio Espejo, explicó a los medios de comunicación que esperaban afuera del centro que no iba a dar declaraciones, sino que cualquier pronunciamiento lo haría un vocero de esa institución, que es manejada por la Congregación de los Terciarios Capuchinos en el Ecuador.
Pero ninguna autoridad del lugar explicó lo que allí sucedía. En la calle también se encontraban las familias de dos menores de edad internados, quienes pedían conocer el estado de los muchachos. “Yo me enteré por la radio, cuando estaba en una carrera y me informaron que la calle principal estaba cerrada por un incendio”, dijo el hermano de uno de los adolescentes.
Otra madre afirmó que por rumores creyó que se trataba de un incendio, sin embargo, ya por la noche ningún bombero llegó al sitio y a pesar de no tener información dijo estar más aliviada. Los que sí estuvieron fueron tres agentes de Criminalística, quienes llegaron con cámaras de fotos y libretas. Les siguieron otro grupo de policías judiciales y funcionarios del Ministerio del Interior.
A las 22:30, aparentemente, el lugar parecía en calma. Sin embargo, un grupo de unos 15 agentes se ubico en la entrada y -dijeron- allí permanecerían toda la noche.