El cine es una actividad que busca más espacios en los medios de comunicación, ¿por qué ocurre esto?
El cine no hace una ciudad ni una sociedad, pero forma parte de estas y de su crecimiento. Está ligada a cualquier generación y a cualquier época. Es la nostalgia de la humanidad, de manera que ese debiera ser el principio para la prensa: explotar no solo la política o el fútbol, sino también las artes y de ellas el cine que es la más popular.
Más popular, ¿ por la asistencia que genera en Guayaquil, Quito, Cuenca?
Más que nada por la influencia que tiene, en general, dentro de una sociedad. Una película puede pasar desapercibida en su momento, pero después es susceptible de análisis para, por ejemplo, demostrar cómo fue el ayer, cómo es el hoy y cómo será el mañana. La prensa tiene mucho que ver con ello.¿Hay suficiente actividad para hacer una cobertura periodística sostenida?
Si hablamos del cine ecuatoriano podríamos decir que no tiene constancia. Tiene una frecuencia de una o dos producciones al año y nada más. Por ende, son producciones esporádicas. Pero, es una actividad que genera mucha atención ya sea por lo que se hace aquí o por las películas que llegan del extranjero.
En el país, las artes en general y el cine, en particular, no son una especialidad dentro del periodismo. Sobre esa base ¿cuáles debieran ser los pilares para escribir sobre cine?
El periodista debe tener una formación cultural sólida. Porque el cine se nutre de la pintura, la danza, la música, la literatura… No se puede escribir sobre cine sin tener antecedentes de lo que se ha hecho en cinematografía.
¿Por ejemplo?
En la película Los intocables, protagonizada por Sean Connery y Kevin Costner, hay una escena, durante un tiroteo, en la que un coche de un bebé rueda por una escalera. La gente queda asombrada por la tensión y la expectativa que puede generar. Pero, el periodista debe saber que una escena similar, con diferente vestuario, se mostró en El Acorazado Potemkin y con ese contexto debe escribir.
El periodista que escribe sobre cine ¿debe ser un censor, alguien que escoja las películas para el lector?
Debe tener conocimientos cinematográficos y, repito, una buena base cultural. Suena muy fácil decir que es crítico o periodista de cine; sin embargo, se debe entender que para hacerlo se necesita un proceso y una base cultural y técnica. Eso no quiere decir que se debe pecar de intelectual. La base es ser sencillo y claro y no refundirse en intelectualismos que terminan desvirtuando la popularidad del cine. Se lo debe hacer leíble, entendible y satisfactorio al lector. Y, para eso, hay que utilizar un lenguaje sencillo, sin complicaciones, con una redacción rápida y de calidad. Hay que tener en cuenta los resortes del artículo.
¿Resortes?
Aquello que permite que se mantenga en alto el interés por una información. No contar todo el argumento sino dar una idea: un abreboca. Que no crea que tiene la última palabra, que su artículo o nota periodística sea solo una opinión, dejando al resto, a quien lo lee, el derecho a decidir. El periodismo y el periodista que escribe sobre cine debe ser una guía para que los lectores encuentren su camino y aprendan algo con su artículo.
De todas formas, no deja de ser una interpretación, basada en un hecho: una película, que puede tener una carga subjetiva
Y libre. Por eso, la ética debe estar por sobre todo. Quien escribe de cine debe estar aislado de cualquier acción o contenido que generen un vínculo comprometedor con el distribuidor, el realizador o la producción.
En los medios de comunicación que dan cabina al cine, las coberturas son de estrenos, premios o ciclos de cine, ¿es suficiente?
Hay un silencio prolongado se puede decir. Máximo se habla del inicio de un rodaje. La prensa debe dar espacio y tomar en cuenta al quehacer cinematográfico que hay en el país. En diferentes niveles, pero lo hay. Lo que existe ahora es un periodismo que principalmente se dedica a hablar de los estrenos, de inicios de rodajes o de premios. No se va más allá. Falta desarrollar y formar más a periodistas para que escriban sobre cine. Es una actividad que, por ejemplo, a nivel de exhibición y en el caso de Guayaquil, tiene mucho interés, igual que en otras ciudades.
En la propuesta de Ley de Comunicación se habla de promover las actividades culturales. ¿Con un marco jurídico se lo puede hacer, en especial con el cine?
Eso no lo puedo contestar. No he leído el proyecto de Ley. Tampoco lo voy a hacer. Yo voy por otro lado, el arte por el arte. Para mí, la política y el arte no combinan, no van de la mano.