Reds. Carchi, Esmeraldas,
Santo Domingo y Manta
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Los habitantes de cinco provincias del país cambiaron sus hábitos de vida… Ellos quieren evitar ser las próximas víctimas de los supuestos grupos de ‘limpieza’ que amenazan en Carchi, Esmeraldas, Santo Domingo, Manabí y Guayas, donde aparecieron las primeras hojas volantes con amenazas.
La inseguridad
Según los registros de la Policía Judicial de San Lorenzo, los ajustes de cuentas, las riñas callejeras, el sicariato y los asaltos son las principales causas de asesinato. 30 crímenes se suscitaron en los cantones Eloy Alfaro (Borbón) y San Lorenzo.
Los grupos de ‘limpieza social’, como se autodenominan, no son nuevos en Esmeraldas. En Quinindé, por ejemplo, se tejieron macabras historias en torno a las pandillas de los Álava y los Zambrano. Las rencillas empezaron por una invasión de tierras que llegó hasta La Concordia.
Las unidades de la Policía de Criminalística investigan los asesinatos. Realizan estudios balísticos para buscar coincidencias.
Los primeros panfletos aparecieron en el cantón San Lorenzo, en Esmeraldas, fronterizo con Colombia. Posteriormente, como si fuera una cadena se repartieron en Santo Domingo de los Tsáchilas; en el cantón esmeraldeño de La Concordia. Pocos días después, las hojas circularon en las parroquias Eloy Alfaro y Montecristi, de Manabí.
En estas hojas se advertía que toda persona que esté en las calles pasadas las 22:00 será asesinada, como una medida para eliminar a “las prostitutas y delincuentes”.
En Eloy Alfaro y Montecristi, cuatro hombres fueron asesinados. Eso despertó el pánico en la ciudadanía. Algo parecido ocurrió en La Concordia, cuando el mataron a un joven hace 7 días.
En esas tres poblaciones, las familias han tomado medidas para protegerse en las noches. En planteles educativos nocturnos se suspendieron las clases por unos días y los padres recomendaron a sus hijos que retornen a las casas antes de las 22:00. “Mi hija trabaja y estudia en la noche temo por su seguridad”, dijo Teresa Luca, habitante de Eloy Alfaro.
El ambiente de tensión se aplacó con el arribo del grupo especial de Policía a Manabí. Los uniformados coordinaron operativos con la Marina y el Ejército para frenar la violencia.
Además, en las noches se reforzaron los patrullajes ante el toque de queda anunciado. Se realizaron varias requisas y se detuvo a personas, pero ninguna vinculada con las hojas volantes.
A pesar de las medidas de control, en las Fiscalías provinciales aún no se abren expedientes que tengan relación con la investigación de los pasquines.
Pablo Santos, jefe del Comando de Santo Domingo, contó que hace tres semanas entregó un informe a la Fiscalía. “Aún no se designa al personal de la Policía que investigará esas amenazas”.
Quienes empezaron a indagar son los agentes de Inteligencia policial y militar, ellos manejan algunas hipótesis. Una de ella es que los pobladores de San Lorenzo, cansados de la delincuencia y de los crímenes elaboraron el escrito de 27 líneas para amedrentar a los delincuentes y presionar a los uniformados.
Otra presunción es que se reprodujeron panfletos que años atrás circularon en Colombia y se les atribuyó al grupo paramilitar, llamado Águilas Negras.
Estas hipótesis tienen relación con la investigación que hace el personal de Inteligencia militar en Santo Domingo de los Tsáchilas y La Concordia.
Ellos analizaron el pasquín y se percataron que hay términos que se utilizan en Colombia y no en Ecuador. Por ejemplo se usa la palabra ‘‘jalacarros’, cuando en Ecuador habitualmente se utiliza el término robacarros.
El ex gobernador de Sucumbíos William Barba, cree que los panfletos salieron del Putumayo (Colombia) y alguien los pasó al país. “En la provincia aparecieron en la temporada de elecciones”.
Rafael Yépez, director nacional de la Policía Judicial, niega que haya algún vínculo con grupos irregulares de Colombia. Para él se trata de delincuentes comunes que se hacen advertencias entre ellos. “Puede ser una rivalidad por el liderazgo de alguna zona”.
Yépez señala que ninguna advertencia de las hojas se ha cumplido y que los asesinatos registrados en esas ciudades fueron producto de actos delictivos.
Para Fernando Carrión, experto en temas de seguridad de la Flacso, el relacionar la aparición de los panfletos a la delincuencia común es un error. “La Policía dice eso, pero no hay ninguna persona en prisión, ni hay pistas”.
Según Carrión, las experiencias en América Latina con la aparición de panfletos amenazantes no tienen nada que ver con bandas ni delincuencia. “Se tiene que investigar y para ello se tienen que involucrar las autoridades”.
Pero el titular de la Corte de Justicia de Esmeraldas, Iván Guerrero, considera que la justicia poco puede hacer cuando no se denuncian los casos. “La criminalidad por el conflicto colombiano atemoriza a los pobladores”.
El ministro de Gobierno, Gustavo Jalkh, recomendó a los habitantes de Esmeraldas que hagan una veeduría para que se indague la procedencia de los pasquines.