Donald Trump Jr. durante el primer día de la Convención Republicana. Foto: AFP
Terminó la primera jornada de la Convención Nacional Republicana denominada ‘Land of Promise (la tierra prometida), que en la mañana de este 24 de agosto consagró a Donald Trump como el candidato que deberá enfrentar al demócrata Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre próximo. Y se planteó una diferencia: o se vota por la anarquía, el caos que impone la izquierda radical de los demócratas, o se vota por la libertad, la ley y el orden, la tenencia de armas, la economía y el empleo. Trump, para los republicanos, encarna los ideales de los fundadores del país.
Durante los discursos más importantes de la noche, se destacó lo que fue el Gobierno antes de la pandemia. Según los republicanos, hasta que llegó el coronavirus, el país mostraba los mejores indicadores de la historia moderna: la mejor economía, el menor desempleo, sobre todo entre mujeres y las minorías (negra e hispana). Sin embargo, como dijo el hijo del Mandatario, Donald Trump Jr., “por cortesía del Gobierno comunista chino, vino la pandemia (…) Mi padre cerró los viajes con ese país y otros que padecían la pandemia, pero los demócratas lo llamaron racista”.
El hijo del magnate inmobiliario que ahora ocupa la Casa Blanca dijo que China quiere que Biden gane las elecciones porque sabe que se apoderará de la producción y someterá al país por su incapacidad de liderar. Además, estará sometido por esa izquierda radical, que fue una constante advertencia en toda la noche republicana.
Los republicanos habían dicho que la primera jornada tendría un tono moderado, pero en ocasiones fueron muy virulentos. Sobre todo, cuando se presentó Kimberly Guilfoyle, la exanchor de Fox News, el canal favorito de Trump, de origen portorriqueño y que se sumó al equipo de campaña. Con una voz que se aproximaba al grito, decía que “ellos (los demócratas) quieren destruir el país y todo por lo que hemos luchado. Quieren controlar lo que ustedes quieren y cómo vivir. Quieren esclavizarlos. Desde el principio Trump dijo que propuesta fue primero América y lo hizo (…) No dejes que los demócratas te pisen, destruyan sus vidas y su futuro. No dejen que los laven el cerebro”.
Por eso, la seguridad -la ley y el orden- fue consagrada esta noche. Y para ello, el comité de campaña recurrió a la pareja Mc Closkey, cuya imagen armados, defendiendo su casa de una manifestación del Black Lives Matter en San Luis, recorrió el mundo. “Lo que nos pasó les podría pasar a ustedes. Están alentando la anarquía y el caos. Los demócratas no ven que su trabajo es proteger a los ciudadanos honestos de los criminales; más bien, protegen a los criminales de los ciudadanos honestos”.
“No lo duden: sus familias nunca estarán protegidos de los demócratas”, añadieron.
Pero no todo fue miedo. Hubo tres discursos que se podrían considerar convencionales dentro de la tradición política estadounidense, y los tres representaban a las minorías: dos senadores negros, Vernon Jones y Tim Scott, de Georgia y Carolina del Sur, y la exembajadora ante la ONU, Nikki Haley. Los dos primeros destacaron que ha sido con Trump -y no con los demócratas- que los negros han tenido mejoras en sus condiciones de vida, con el crecimiento del empleo, el apoyo a la educación. Halley, sostuvo que el país no es racista, aunque en parte de su discurso dijo que tuvo que superar mil limitaciones al ser una mujer “Brown”, hija de inmigrantes, para crecer en el país.
El 25 de agosto se dará la segunda jornada, que fue membretado como ‘Land of opportunity’ (Tierra de oportunidades) y también tendrá entre sus oradores principales a la familia Trump: la primera dama, Melania, y sus hijos Eric y Tiffany. Además, hablará el secretario de Estado, Mike Pompeo, que sería otro de los límites no escritos de la política estadounidense que Trump ignora: no suele hablar un secretario de ese rango en un mitin, así como tampoco se usan las instalaciones de la Casa Blanca en campaña, como lo hizo el Mandatario al dialogar con rehenes rescatados en su administración.