Los agentes de tránsito se llevaron vehículos infractores, en la calle Bolívar, de Ibarra. Foto: José Luis Rosales/ EL COMERCIO
Lo que pasa con el desorden en las calles del país en esta nueva etapa de la emergencia sanitaria por el covid-19 pudiera tener varias explicaciones.
Las autoridades nacionales y los alcaldes creen que hay desesperación de las personas por volver a trabajar, luego de 49 días de confinamiento. Ha incidido la reactivación de los negocios, que operan con las ventas en línea y más taxis con un horario ampliado.
Igualmente, hay indisciplina de los ciudadanos, al no respetar el aislamiento, que aún es obligatorio en esta fase del semáforo rojo, que se aplica en los 221 cantones. Otro factor: confusiones sobre algunas medidas, porque algunos Comités de Operaciones de Emergencia cantonales (COE) dieron disposiciones distintas a las autoridades nacionales, dicen empresarios.
Todos estos elementos se han expresado con más gente en las calles y congestión vehicular desde inicios de esta semana, que empezó la etapa de la ‘nueva normalidad’. Se observa a diario en Quito, Guayaquil, Ambato, Ibarra, Cuenca, Riobamba, Latacunga, Santo Domingo, Esmeraldas, Portoviejo y otras ciudades.
El Municipio y autoridades estatales controlaron ayer el comercio informal en Ambato. Foto: cortesía del MTOP
La ministra de Gobierno, María Paula Romo, dice que “este incremento era previsible y lo analizamos”. En primer lugar, dice, cada vez más la población se resiste a permanecer en aislamiento y busca recuperar sus actividades económicas; y segundo, por la autorización de más actividades. En todas las ciudades, “hemos visto este aumento. Se da con mayor intensidad en las zonas comerciales de todo tamaño”.
También es importante revisar los horarios. Más actividades con las mismas restricciones del toque de queda significan más personas haciendo sus compras o visitando los bancos, pero con muy pocas horas al día para hacerlo.
Según la Ministra, esta nueva normalidad está marcada por la corresponsabilidad con autoridades a todo nivel y la ciudadanía. “Ya es muy raro encontrar a alguien sin mascarilla, medidas sanitarias en mercados, supermercados, bancos… son parte de la realidad”.
Para Roberto Aspiazu, director del Comité Empresarial Ecuatoriano, la información en esta nueva etapa ha sido contradictoria, lo que ha hecho difícil que empresas y ciudadanos comprendan cómo proceder. Dice que hay protocolos nacionales y locales, y al final, todo genera confusión en los ciudadanos y las empresas.
Byron Cárdenas, alcalde de Latacunga y vicepresidente de la Asociación de Municipalidades del Ecuador, cree que la apertura de las nuevas actividades, especialmente de la construcción, ha movido otras áreas económicas conexas.
El Mercado Caraguay, en el sur de Guayaquil, tuvo una mayor cantidad de clientes. Foto: Elena Paucar / EL COMERCIO
En su ciudad, por ejemplo, se ha visto un movimiento de las empresas y personas que fabrican bloques, que irán para obras en Guayaquil, que están autorizadas dentro del plan piloto del Gobierno. Eso mueve volquetas que llevan arena, cemento y otros materiales.
Esa misma dinámica se tiene con el comercio en línea. Las personas de esos negocios volvieron a trabajar y aunque sea a domicilio se necesitan vehículos para llevar las mercancías. Esta reactivación ha puesto más vehículos en las calles.
Cárdenas indica que hay que intensificar los controles y “tenemos que tomar medidas”, porque este movimiento en las calles va a aumentar.
Precisamente, ayer, 6 de mayo del 2020, las autoridades de Ibarra, Ambato y Riobamba realizaron operativos de control. Al respecto, la ministra Romo comenta que tanto las autoridades nacionales como locales siguen haciendo estrictos controles.
El alcalde de Ambato, Javier Altamirano, cree que el aumento de los informales en su ciudad se debe a los despidos que han hecho las empresas, microempresas, hoteles, unidades educativas y otros negocios; esa gente va a trabajar a la calle. “Lo hacen por necesidad. La gente está inquieta y empieza a desesperarse, esa es una realidad que no podemos tapar o esconder”. También hay “indisciplina e irrespeto”.
Una de las acciones del Cabildo fue aumentar los operativos. Ayer, un grupo de soldados, policías y agentes de tránsito municipal sancionó a los conductores que querían vender sus productos en las vías de ingreso a Ambato.
En Cuenca, hay una apertura paulatina de los pequeños negocios. Esto no le preocupa tanto al alcalde Pedro Palacios, porque considera que es bajo y que la situación económica de la gente -que vive del día a día del trabajo- lleva a esta particularidad.
El Alcalde considera que está latente la necesidad de retomar las actividades. Las ventas de productos en línea también contribuyeron a esa dinámica.
Hay negocios de electrodomésticos, equipos tecnológicos y almacenes de ropa que instalaron anuncios en las puertas de sus locales. Por ejemplo, Papá Baratón, ubicado en la céntrica calle Sucre, oferta computadoras e impresoras a domicilio.
Por esa inminente reactivación, el Municipio trabaja en campañas de educación y concienciación sobre el distanciamiento social, el uso obligatorio de la mascarilla y las medidas de bioseguridad.
Con los sectores empresariales, Palacios analiza aplicar pruebas piloto para ir incorporando a pequeñas, medianas o grandes empresas. Este tema será analizado mañana en la reunión del COE cantonal.
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