Varias ofrendas calificadas por expertos como “excepcionales” fueron halladas bajo el Templo de la Serpiente Emplumada, en las famosas ruinas de Teotihuacan, ubicadas a unos 40 kilómetros al norte de la capital mexicana.
El hallazgo, que fue hecho en el último segmento del túnel que exploran arqueólogos desde hace tiempo bajo este santuario, podría corresponder a un importante depósito funerario, anunció Sergio Gómez, director del Proyecto Tlalocan.
Hasta ahora se ha avanzado en un 90 por ciento en el socavón de 120 metros de longitud y una antigedad de casi 2.000 años, descubierto en 2003 y que ha sido explorado por medio de un robot llamado Tláloc II TC.
El túnel, símbolo del inframundo, recorre parte de La Ciudadela de Teotihuacan, un centro de gran importancia religiosa y política, que inclusive era usado por los propios mexicas y las tribus vecinas como un lugar de peregrinaje.
En los años 70 ya se había hallado otro túnel, bajo la Pirámide del sol, pero había sido completamente saqueado.
En el túnel fueron encontradas tres cámaras o habitaciones y se ha llegado “a la parte más crítica, donde hemos encontrado parte de lo que esperábamos: grandes ofendas, pero todavía no podemos verificar completamente lo que hay, porque está lleno de lodo”, afirmó Gómez.
Sin embargo, ya se pueden distinguir centenares de caracoles de gran tamaño, esqueletos de felinos probablemente jaguares, pelotas de hule, esculturas de piedra verde “increíblemente bien conservadas”, además de cientos de objetos de cerámica.
“Debajo de todo esto tenemos la esperanza de encontrar un depósito funerario”, afirma Gómez, quien defiende la hipótesis de que se trata de tumbas de gobernantes.
El descubrimiento podría conducir a disipar algunos de los grandes misterios que rodean a los teotihuacanos, cuya civilización desapareció siete siglos antes de la llegada de los Aztecas o Mexicas al Valle de México.
Los resultados de las investigaciones en la llamada “Ciudad de los Dioses” se presentarán el 30 y 31 de octubre en el simposio “Proyecto Tlalocan. Camino bajo la tierra en Teotihuacán” , en el Museo Nacional de Antropología.
Entre otros temas se debatirá en torno a los vestigios botánicos identificados en la zona: más de 15 mil semillas, por ejemplo de tuna (fruto de un cactus) o de maíz, entre otras plantas de uso ritual preservadas al interior del túnel.
Por primera vez se han hallado grandes cantidades de semillas en una exploración arqueológica de Teotihuacán, pero también más de 3 000 objetos de madera, algunos de los cuales serían bastones de mando.
“La Ciudadela fue el lugar donde los gobernantes eran investidos de poder. A diferencia de lo que piensan muchos, acerca de que había acceso restringido, creemos que se trataba de un espacio donde se realizaban ritos y debía asistir gran cantidad de población”, afirma Gómez.
Se calcula que la plaza pudo tener capacidad para 100 mil personas, por lo cual sería muy superior a la de algunos de los grandes santuarios católicos de hoy.
El túnel fue cerrado hace 1 800 años por los teotihuacanos, que también bloquearon su interior con piezas de ornamento, escultóricas y arquitectónicas.