Los procedimientos para hacer el reconocimiento de las construcciones sin normas técnicas ascendía a 2 000 desde la anterior administración municipal hasta octubre del 2015. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO
El sismo de 4.6 grados en la escala de Richter, del domingo volvió a poner en evidencia la vulnerabilidad de algunas edificaciones en el Distrito Metropolitano. Este nuevo remezón causó afectaciones en 67 edificaciones.
Tras el movimiento telúrico, el Centro de Operaciones de Emergencias de Quito (COE) recibió 319 solicitudes para inspeccionar el estado de casas, condominios, iglesias, museos y entidades públicas. En los 67 inmuebles donde se hallaron novedades había daños en las paredes, techos, cielos falsos; tres de estos colapsaron, informó Cristian Rivera, director de esta entidad.
La constante en estos inmuebles fue que eran construcciones antiguas (superaban los 50 años) o habían sido levantados de manera antitécnica, sin la asesoría de un profesional.
En el Distrito la cifra de construcciones no regularizadas -hechas sin cumplir la normativa- bordea el 60%, según datos de la Cámara de la Industria de la Construcción (Camicon). En cifras estimadas, son 435 000 predios edificados de los 725 000 registrados. En estos casos no se cuenta con estudios de suelo, planos arquitectónicos ni estructurales.
A esto se suma otro factor, la ciudad se asienta sobre una falla geológica que se inicia en Tambillo, al sur; y, avanza hacia el norte, hasta San Antonio de Pichincha. Esta tiene una longitud aproximada de 50 kilómetros, según el Atlas de Amenazas Naturales de Quito.
Esta falla podría provocar movimientos telúricos que superen los 6 grados en la escala de Richter y causar, en el peor de los escenarios, afectaciones serias en las construcciones que no son sismorresistentes, precisó Mario Ruiz, viceministro de Gestión de Riesgos y exdirector del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (EPN).
Esta realidad genera preocupación. Después de los últimos movimientos telúricos sentidos en Quito: del 16 de abril, 18 de mayo, 8 de agosto y 4 de septiembre, la resistencia de las edificaciones no formales podrían tener algún tipo de impacto, mencionó Silverio Durán, presidente de la Camicon. “Estas casas tienen mayor riesgo de colapsar a causa de un fenómeno natural”.
Para minimizar los riesgos, los propietarios deberían hacer una inspección del inmueble con un experto. La estructura de las edificaciones que ya están en pie tienen todavía la posibilidad de ser reforzada.
En Quito se cuenta con una ordenanza para cumplir con este procedimiento. Esto se realiza en las administraciones zonales. Pero, actualmente, estos trámites se encuentran en suspenso, informó Sergio Garnica, presidente de la Comisión de Uso de Suelo.
La vigencia de la ordenanza para regularizar las construcciones informales concluyó en octubre pasado. El proyecto de la nueva normativa está en manos de la Comisión de Uso de Suelo del Municipio.
Las últimas experiencias vividas por los quiteños, tras los movimientos telúricos se tomarán en cuenta para elaborar las futuras reglas. Así, por ejemplo, se establecerá que la regularización de las edificaciones sea de carácter obligatorio.
Antes era opcional. También se analizará involucrar a estudiantes universitarios de carreras afines para que realicen estas inspecciones.
La aspiración es contar con este proyecto de ordenanza a más tardar para este fin de año. Para que esta norma entre en rigor se requerirán de dos debates al interior del Concejo Metropolitano de Quito.
Una vez que esta norma esté en vigencia, los propietarios de casas construidas sin asesoría de profesionales en la materia deberán hacer los trámites para formalizar su edificación. La prioridad deberá ser proteger a los ocupantes del predio.
El escenario de un sismo mayor a 6 grados en la escala de Richter no está descartado.