El Tiempo de Colombia. GDA
El profesor británico Gerald Martin sabía que Colombia sería la plaza más difícil en la gira promocional de su biografía en español sobre Gabriel García Márquez. No solo por la altísima carga emocional que le significaba, sino por los comentarios que iba a recibir de quienes, además de hacer parte del círculo más cercano y querido del Premio Nobel, aparecían en el libro.
En un cálido escenario, ambientado con sofás azules como si se encontraran reunidos en la casa de alguno de ellos, se dieron cita Jaime García Márquez, hermano del escritor; los poetas Piedad Bonnett y José Luis Díaz-Granados, los periodistas Álvaro Castaño Castillo, José Salgar y Roberto Pombo, y el biógrafo Gerald Martin.
“Me está pasando esta noche lo que le ha pasado a muy poca gente en la historia, creo. Estoy rodeado de muy buenos amigos, y una gran porción de estos buenos amigos son mis personajes”, dijo Martin al mirar a sus contertulios y a tantas caras conocidas del público, entre los que estaban varios miembros de la familia García Márquez.
Para su fortuna, a juzgar por los comentarios generales de los participantes del evento, el jueves en la noche en el auditorio del colegio Gimnasio Moderno de Bogotá, su trabajo fue bien recibido.
A las 7:30 en punto, cuando las luces del auditorio bajaron su intensidad, los contertulios parecieron olvidar el temible “monstruo de las mil cabezas” que los miraba expectante, y como un viejo encuentro de amigos, relajados y con un vaso de whisky entre las manos, iniciaron un delicioso recorrido a través de los recuerdos.
El primer punto en el que la mayoría coincidió fue el reto que significó para Martin abordar la biografía del autor de Cien años de soledad. “Esta biografía es, de lejos, más de lo que uno pudiera esperar. Un trabajo complejísimo, con una gran cantidad de novedades, incluso para los más cercanos al escritor”, comentó el director de EL TIEMPO.
En el mismo sentido se mostraron Castaño y Salgar, dos de los amigos más queridos de ‘Gabo’.
El primero citó una frase que le leyó al propio Martin para definir la biografía. “Para mí es la esencia del libro. Dice Martin: ‘siento más la vida de ‘Gabo’ que la vida mía’. Eso me hace recordar la frase famosa del poeta español Miguel Hernández cuando le mataron a su gran amigo y dijo: ‘siento más tu muerte que mi vida'”.
Por su parte, Salgar confesó haberse asustado cuando recibió el mamotreto de 700 páginas. “¡Otra biografía! -me dije- Y luego de leerla, encontré que no era una biografía más, sino otra novela la que nos entrega Gerald. Se necesita ser un buen escritor y un buen investigador para haber pasado tanto tiempo investigando tantas cosas que no sabíamos ni siquiera los amigos más cercanos de ‘Gabo'”.
La conversación derivó, luego, en las facetas periodística, política y poética de García Márquez, cuyo análisis resultó, además de interesante, conmovedor, cuando Piedad Bonnett leyó
Niña, uno de los poemas juveniles del escritor.
Acto seguido, Roberto Pombo le pidió a Martin su punto de vista sobre el ‘Gabo político’. “Tal vez una de las facetas que más han caricaturizado de ‘Gabo’ es su aproximación a la política y su relación con Fidel Castro, específicamente”, comentó Pombo.
“La política siempre le ha sido importante desde el principio. Sus enemigos hablan de tres García Márquez: el lacayo de Fidel Castro, el oportunista y el ingenuo (…) Tú puedes no estar de acuerdo con él, pero García Márquez es una persona de una conciencia política extraordinaria. (…) Sinceramente pienso que la parte política hay que tenerla en cuenta”, anotó Martin.
Pero sin lugar a dudas, uno de los momentos más emotivos de la noche estuvo a cargo de Jaime García Márquez, quien había preparado unas sentidas palabras, en las que además de aplaudir el trabajo de Martin, aprovechó para cuestionarle, de manera cariñosa, algunos pasajes.
Para ello, les dio voz a varios de los miembros fallecidos de la familia, como el abuelo Nicolás Márquez, el padre Gabriel Eligio, la madre Luisa Santiaga y el hermano Eligio, entre otros.
Y mientras que Gabriel Eligio le reprochó a Martin que lo mostrara como un padre que abandonó a su hijo, cuando lo dejó con los abuelos o lo mandó a estudiar a Bogotá; Luisa Santiaga le admiró sus dotes de adivino.
“El pobre Gerald duró 18 años haciendo un libro de mi hijo; ¿por qué necesitó tanto tiempo para hacerlo, siendo ya adivino? Él sabe más de mí que yo. Sabe, por ejemplo, la fecha de inicio de la gestación de ‘Gabito’. ¡Qué tal!”, leyó el hermano de ‘Gabo’, mientras el público soltaba una gran carcajada.
Por su parte, Martin aprovechó para expresarle a quienes le colaboraron su agradecimiento más profundo. “Si un historiador hace una especie de decisión política en cada frase de su libro, un biógrafo tiene que tomar una decisión moral en cada línea que escribe. Eso es muy difícil. Yo les agradezco en el alma a todos los que están en el libro que a lo mejor han recibido cosas que no eran de su gusto y que siguen siendo mis amigos. Empezando por el mismo ‘Gabo'”.
Al final, todos brindaron, en el ‘hall’ del auditorio, con una copa de vino amenizada con música caribeña, butifarras, carimañolas, yuca frita y patacón con suero costeño, bajo un cielo cubierto por móviles de mariposas amarillas de cartón.