Para Joselyn su lugar favorito en Quito es la Iglesia de San Francisco. Foto. Alfredo Lagla / El Comercio
“La Iglesia de San Francisco es bonita”. Eso contesta Joselyn Concha, de 7 años, quien ocupó el tercer lugar entre los ganadores de 5 a 8 años del VII Concurso de Dibujo y pintura ‘Mi lugar favorito de Quito’.
Rosa, su mamá, no paraba de llorar el viernes durante la premiación. Casi no se le escuchaba cuando comentó que a su hija le detectaron un tumor cuando nació. Los doctores le dijeron que solo cuando cumpla 8 podrán saber si se recuperó.
Todos los domingos asisten a la misa de San Francisco. Ella, la niña; Kevin, de 14; y Alex, de 11. Le piden a Dios que Joselyn se cure. A profesora de la Escuela Nueva Aurora, en el sur, le contaron que la niña es una ganadora del concurso, organizado por la Fundación Juan José Martínez, con apoyo del Ministerio de Educación.
Los niños y en algunos casos, sus padres, recibieron obsequios en el Hospital de Solca. Patricio Martínez, presidente de la Fundación, contó que hace 11 años a su hijo le detectaron leucemia. Entonces tenía 6 años. Eso hizo que se interesara en averiguar sobre organizaciones de padres de niños con cáncer. Así supo de las aulas hospitalarias y con el apoyo del exministro Raúl Vallejo las instauraron.
Baltazar Núñez Paca recibió el regalo de su hijo Anderson, de 7. Supieron que tenía leucemia hace 3 años. El niño se encontraba delicado de salud y no pudo acudir al auditorio de Solca para recibir el premio por haber dibujado el Palacio de Gobierno, en la Plaza Grande. “Siempre caminábamos por ahí”, contó el padre entre sollozos.
En sus brazos sostenía el regalo. El niño lo esperaba en el segundo piso. Recibe quimioterapias una vez por semana. “Pidan a Dios que les ayude a luchar contra la enfermedad”.
Anderson tiene un hermano gemelo, Alejandro. Ambos estudiaban en la Escuela Chile, en San Roque.
En esta edición del concurso participaron 35 estudiantes- pacientes de 4 a 16 años, de Quito y de otras provincias como Carchi, Cotopaxi, Chimborazo. Son niños que se atienden en Solca y el Baca Ortiz. El objetivo de los organizadores es bajar los niveles de estrés hospitalario al que los pequeños están expuestos.