Después de 25 días de vigencia del Decreto Ejecutivo que norma el 40% de descuento del subsidio al combustible aéreo, en los aeropuertos administrados por la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), el tema ha pasado desapercibido para las aerolíneas de carga.
Así lo indicó Luigi Grudena, gerente de Transam, empresa carguera que vuela desde Guayaquil, un aeropuerto que está en manos privadas. Para él, uno de los problemas es que la actividad se concentra en Quito, Guayaquil y Cuenca, en los cuales no rige el subsidio del Gobierno.
En los aeropuertos de Santa Rosa o Esmeraldas, que sí cuentan con ese beneficio, no hay carga para transportar. El único aeropuerto administrado por la DGAC, que tiene subsidio al combustible y que tiene infraestructura para volar con carga es el de Latacunga. Sin embargo, un inconveniente es la falta de cuartos fríos para almacenar la carga.
Para los exportadores del sector florícola, contar con esa infraestructura es importante para el negocio. Ellos ven a esta terminal aérea como una alternativa de transporte cuando empiece a operar, en octubre próximo, el nuevo aeropuerto de Quito, en Tabalela.
Los exportadores ven un problema en la variación del precio internacional del combustible, lo cual incrementa los costos.
“El galón de combustible en Ecuador es de USD 4,07, en cambio en Panamá el precio está en unos USD 3,70. Ahí la pregunta es: ¿quién controla el precio del combustible?”, dijo Grudena.
Con esta visión coincide Marco Subía, presidente de la Asociación de Representantes de Líneas Aéreas en el Ecuador (Arlae), quien precisó que el descuento que tienen los aeropuertos del Estado “en este momento no tiene beneficio. Además, las cargueras internacionales siempre pagaron el valor real del combustible”.
Sin embargo, Fernando Guerrero, director de la DGAC, explicó que en el Decreto se establece que el subsidio del combustible aplica para todos los aeropuertos administrados por la DGAC y en “ningún momento se dice que (el subsidio) es para aerolíneas nacionales. Lo que se tiene que cumplir es que las naves tengan un año de fabricación mayor a 1990 y que cumplan las características de la etapa cuatro.
Para Carlos Jácome, presidente del Consejo Nacional de Aviación Civil, el subsidio es un “atractivo que permitirá que un porcentaje interesante de carga del país se traslade a los aeropuertos de Manta, Esmeraldas…”.