En la avenida Granados se ubican personas que buscan empleo a diario. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Los indicadores laborales se deterioraron el 2016. Y dentro de ellos, la tasa de subempleo fue la que más evidenció ese deterioro, ya que creció casi seis puntos entre diciembre del 2015 y el mismo mes del año pasado.
A escala nacional, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), a finales del 2016 existían cerca de 1,5 millones de personas en esta condición, casi medio millón más respecto al año previo. Este incremento se registró en las áreas urbana y rural.
David Vera, director de la entidad, describe al subempleo como “un empleo de menor calidad. Evidentemente, la característica del subempleado es de una persona que está ganando menos del salario básico o está trabajando menos de las 40 horas y tiene deseo de encontrar un nuevo trabajo”.
Un ejemplo, indicó, es el ama de casa que labora medio tiempo o se dedica a la venta por catálogo y gana menos del básico pero, al menos, recibe un ingreso al mes por esas actividades y busca solventar el hogar.
El subempleo, a decir del director del INEC, no creció exclusivamente debido a que una persona que tenía un empleo adecuado pasó al subempleo, sino también porque personas que estaban inactivas decidieron generar ingresos para el hogar. “Estas cifras lo que demuestran es que el hogar, al verse en un momento difícil también hizo su parte, generó más ingresos con más personas. No siempre son empleos de mejor o buena calidad”.
La población económicamente activa (PEA) pasó de 7,4 millones a 7,8 millones entre diciembre del 2015 y del 2016. A decir del INEC, más gente buscó trabajo en ese período.
Fernando es un ingeniero de 30 años, se graduó de su maestría en octubre pero no ha logrado encontrar un empleo. Realiza algunos trabajos ocasionales en su área, pero también tiene un local de venta de comida. “En las entrevistas me dicen que estoy sobrecalificado y como no me pueden pagar no me contratan”, indicó.
Precisamente, la venta de alimentos es una de las actividades independientes a la que más se dedica la gente que no puede hallar un empleo formal, según la Confederación Unitaria de Comerciantes Minoristas y Trabajadores Autónomos del Ecuador.
Para Carlos Castellanos, coordinador nacional de este gremio, muchas personas que desarrollan actividades por cuenta propia no tienen derechos laborales, no están afiliados a la seguridad social ni tienen un salario fijo. El comercio también es otra opción.
Ese es el caso de Estefanía Ponce, diseñadora de 26 años, quien ha buscado trabajo desde hace más de un año. No ha podido conseguir un trabajo formal y decidió fabricar y comercializar camisetas pintadas, gargantillas pintadas a mano en tagua o dar servicios para negocios familiares.
En el país, según el INEC, la tasa de desempleo pasó de 4,8% en diciembre del 2016 a 5,2%. La entidad explicó que estos resultados no son estadísticamente significativos, ya que las encuestas tienen un margen de error.
La Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes) dijo que si bien la tasa de desempleo permaneció estable entre diciembre de 2015 y diciembre de 2016, el número de desempleados aumentó en ese período en más de 52 000. Y más del 80% de ellos son desempleados cesantes, es decir, personas que tenían un empleo y lo perdieron.
Para el ministro del Trabajo, Leonardo Berrazueta, durante todo el 2016 se estabilizó el desempleo porque no se incrementó la tasa. Señaló que luego de una situación económicamente compleja las medidas que adoptó fueron las adecuadas y todo va mejorando.
Cordes sostiene que hay un claro deterioro de los indicadores laborales, pues el empleo adecuado también cayó 5,3 puntos en un año.
La pobreza se mantiene
Ecuador registró una tasa de pobreza por ingresos del 22,9% en el 2016 frente al 23,3% del 2015, lo que representó una reducción de 0,4 puntos. De acuerdo con Vera, estas cifras no son estadísticamente significativas. “Durante 2016, la pobreza por ingresos se ha mantenido. Este resultado está atado con el de la tasa de participación. Tenemos más personas en la PEA. La estrategia de los hogares ha sido que si un miembro del hogar pierde el empleo, otros salen a buscarlo”. Por otro lado, la pobreza extrema, pasó de 8,5 a 8,7%, conforme a los datos presentados por la entidad.