Las pérdidas de energía en el mercado ya suman USD 335 millones. Estas se originan por el robo de energía, problemas de comercialización, recalentamiento de cables y fallas en los transformadores de las empresas eléctricas.Así lo dicen las estadísticas de la Corporación Nacional de Electricidad (Cnel). Las empresas con mayor pérdida son la Eléctrica de Guayaquil, Manabí y Guayas–Los Ríos que suman el 58,6% de las pérdidas económicas totales.
El objetivo de las autoridades eléctricas es reducir las pérdidas en el mediano plazo, ya que por cada punto porcentual que se reduzca se conseguirá un beneficio económico de USD 20 millones por año para las distribuidoras.
En esa tarea está la Empresa Eléctrica de Guayaquil (EEG). Mientras el 26,93% de la energía producida se perdía en enero del 2007, en julio del presente año el indicador se ubicó en 17,86% y la meta es llegar al 14%.
Diego Sánchez, director Comercial de la EEG, contó que la empresa pierde menos energía y eso se ha reflejado en mayores ingresos, ya que la facturación mensual aumentó en USD 4 millones. “Hoy facturamos USD 28 millones cada mes y se ha incorporado al sistema de comercialización a 75 000 nuevos usuarios. Se ha comprado medidores y se ha hecho una reingeniería en las funciones de los empleados”.
La EEG tiene 545 000 clientes y distribuye el 35% del consumo de energía en el país. Para este año espera generar utilidades cercanas a los USD 35 millones.
Claudia Otero, directora del Conelec, explicó hace dos semanas que el Estado empezó a invertir en las empresas que registran mayores pérdidas para que mejoren sus ingresos. “Se van a destinar USD 15 millones a las empresas de distribución que tienen más pérdidas. Se entregarán mas recursos pero deben presentar planes ejecutables que busquen reducir las pérdidas”.
Los proyectos pueden incluir cambios de redes, equipos, centrales y hasta transformadores.
Arturo Clavijo, director de la Cnel, dijo que es importante que cada empresa eléctrica implemente grupos de trabajo para que realicen campañas comunitarias para que sociabilicen a las comunidades sobre el buen uso de la energía. “Se necesitan mejorar también los sistemas informáticos, comerciales para que revisen permanentemente a los grandes consumidores”.
Sánchez reconoce que uno de los problemas es la falta de medidores en las áreas rurales y urbano marginales. “Para este año se van a instalar 50 000 medidores para que accedan al servicio”.